"¿De qué quieres que coma?"

Los avisos emitidos por la Administración a las empresas de estampación textil para que cierren sus instalaciones han tenido un efecto desigual. La firma Aeromán, propiedad de Vicente Pla Calabuig, seguía el jueves por la tarde abierta. En su interior, varios empleados trabajaban sin mascarilla. "De qué quieres que coma?", decía Julio, de 25 años, empleado desde hace cinco años en Aeromán. La fábrica es una nave industrial de tipo medio. Sus techos de uralita y fibra plástica dejan pasar a duras penas la luz. Huele a pintura fresca."Somos conejillos de Indias. De Andrés Méndez [trabajador de A...

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Los avisos emitidos por la Administración a las empresas de estampación textil para que cierren sus instalaciones han tenido un efecto desigual. La firma Aeromán, propiedad de Vicente Pla Calabuig, seguía el jueves por la tarde abierta. En su interior, varios empleados trabajaban sin mascarilla. "De qué quieres que coma?", decía Julio, de 25 años, empleado desde hace cinco años en Aeromán. La fábrica es una nave industrial de tipo medio. Sus techos de uralita y fibra plástica dejan pasar a duras penas la luz. Huele a pintura fresca."Somos conejillos de Indias. De Andrés Méndez [trabajador de Aeromán fallecido el pasado viernes] dijeron que estaba bien y murió repentinamente", indicaba Julio, quien confesó sentir miedo -"no duermo"-, a pesar de no estar registrado entre los afectados. Julio se aferra a un contrato fijo. "Eso es algo difícil de conseguir hoy día", concluye.

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En la fábrica Aerotex también se sigue trabajando. Desde fuera se oyen ruidos. "El jefe nos ha prohibido hablar", es la única respuesta que se obtiene, antes de que un empleado intente cerrar la puerta. Ante la insistencia, aparece el secretario de la empresa y dice que el dueño. "se ha ido de viaje" y que no entiende por qué hay tanto interés en conocer lo que pasa dentro dé la fábrica. El recordatorio de los cinco muertos no parece afectarle demasiado. La puerta se cierra definitivamente.

Todavía abiertas

Los empresarios se escudan en que la orden de cierre no ha sido remitida oficialmente. "Tardará menos de una semana", indican fuentes de la Generalitat. Al desoír la advertencia de la Administración valenciana, los empresarios, según CC OO, están poniendo en peligro la vida de sus empleados. "Si no se conoce la causa de la enfermedad es una locura mantener la producción", sostuvo un portavoz de CC OO. "Trabajan porque necesitan dinero para vivir", decía una de las afectadas en referencia a "los que se han quedado en las fábricas".

Los afectados, han decidido organizarse y han creado una comisión para seguir de cerca su caso. Entre los objetivos de esta comisión se encuentra el de conseguir la declaración de enfermedad laboral para su afección.

La Consejería de Trabajo ha elevado esta propuesta al Gobierno central. Debido a la enfermedad, ninguno de los afectados trabaja. El reconocimiento oficial de que sufren una enfermedad laboral les permitiría acceder a ciertas prestaciones económicas. Algo que ahora no ocurre en todos los casos. "Yo no cobro nada, y como no estuve contratada el último año, tampoco tengo derecho al subsidio de desempleo. ¿Qué puedo hacer?", se lamenta Mercedes.

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