Más de 60.000 neonazis actúan en Alemania

La propuesta para limitar el derecho de asilo en Alemania y cambiar el artículo 16 de la Constitución que regula esta materia no obtuvo la mayoría necesaria de dos tercios en el Parlamento, al ausentarse del hemiciclo la oposición socialdemócrata. Según la Oficina para la Defensa de la Constitución (BFV), existen ya más de 60.000 activistas de extrema derecha en Alemania, la mayor amenaza para la democracia.

La coalición gobernante en Bonn (CDU-CSU y FDP) forzó ayer, sin embargo, una votación en el Bundestag sobre su propuesta y consiguió aprobar una declaración, sin valor legal, en fav...

La propuesta para limitar el derecho de asilo en Alemania y cambiar el artículo 16 de la Constitución que regula esta materia no obtuvo la mayoría necesaria de dos tercios en el Parlamento, al ausentarse del hemiciclo la oposición socialdemócrata. Según la Oficina para la Defensa de la Constitución (BFV), existen ya más de 60.000 activistas de extrema derecha en Alemania, la mayor amenaza para la democracia.

La coalición gobernante en Bonn (CDU-CSU y FDP) forzó ayer, sin embargo, una votación en el Bundestag sobre su propuesta y consiguió aprobar una declaración, sin valor legal, en favor de la misma. Sólo los diputados democristanos, socialcristianos y liberales votaron a favor, mientras que la oposición abandonó la Cámara aun a costa de tener que pagar una considerable multa, suma de los 75 marcos (5.000 pesetas) impuestos a cada diputado del SPD. El jefe de su grupo parlamentario, Hans-UIrich Klose, acusó al Gobierno de alimentar el descontento popular "dando este espectáculo".Para Klose, la sesión de ayer fue "absolutamente inapropiada, especialmente con el telón de fondo de la violencia de la extrema derecha durante las últimas semanas". El SPD debe tomar una decisión sobre el tema en su congreso extraordinario de mediados de noviembre y, mientras la cúpula del partido, por razones electorales, parece dispuesta a ceder, las bases se muestran cada vez más reacias a otorgar esta victoria a la extrema derecha.

El plan del Gobierno contempla, además del cambio constitucional, abreviar los trámites de los peticionarios de asilo y rechazar de entrada a aquellos que procedan de un país donde no haya persecución, a quienes entren en Alemania procedentes de un tercer "Estado seguro" y para los que no "colaboren" en su proceso. Se trata básicamente de aplicar estrictamente la Convención para Refugiados de Ginebra de 1953 y descartar a los refugiados económicos. En lo que va de año Alemania ha recibido a cerca de 400.000 peticionarios de asilo y aunque sólo lo obtienen entre un 5% y un 10%, durante el periodo de más de un año en que se tramita su caso son alojados y mantenidos por las administraciones locales, creando así el caldo de cultivo, especialmente en la ex RDA, para un sentimiento de odio contra los extranjeros que viven a cuenta de la comunidad.

Según Ernst Ulhrlau, de la BFV, hay ya un gran número de alemanes, tanto en el Este como en el Oeste, que apoyan a los militantes neonazis que agreden a los asylanten y que se muestran descontentos con la política de los principales partidos. En su opinión, existe la posibilidad de que los partidos de extrema derecha acaben representando a una "mayoría silenciosa".

Sin embargo, el fiscal general del Estado, Alexander von Stahl, indicó ayer en una entrevista al rotativo berlinés Die Tageszeitung que no ve "ningún peligro para la seguridad interior de la república" en la violencia de extrema derecha. Para Von Sthal, el motivo verdadero de estos ataques no es el terrorismo contra el Estado sino la frustración. "Es un fenómeno ligado sólo superficialmente al odio a los extranjeros o a la xenofobia", dijo. "Son jóvenes que cometen delitos por frustración, falta de perspectivas o rebelión contra los padres, mientras que lo extremista, lo neonazi, sólo les sirve de símbolo", añadió.