Cartas al director

Vocación solidaria

El interés de publicar esta carta radica en que son muchas las personas que me he encontrado con el mismo problema que tengo yo ahora. Soy un joven estudiante de 23 años que ha decidido abandonar sus estudios universitarios porque no está satisfecho con lo que le rodea y no desea participar en una sociedad cada vez más insolidaria.Mi sueño era encontrar alguna actividad alternativa que diera algo más de sentido a mi vida y en la que pudiera participar. Al poco de buscar, encontré que hay infinidad de ellas (la mayoría de ellas ONG, Organizaciones no Gubernamentales), y me puse en contacto con ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El interés de publicar esta carta radica en que son muchas las personas que me he encontrado con el mismo problema que tengo yo ahora. Soy un joven estudiante de 23 años que ha decidido abandonar sus estudios universitarios porque no está satisfecho con lo que le rodea y no desea participar en una sociedad cada vez más insolidaria.Mi sueño era encontrar alguna actividad alternativa que diera algo más de sentido a mi vida y en la que pudiera participar. Al poco de buscar, encontré que hay infinidad de ellas (la mayoría de ellas ONG, Organizaciones no Gubernamentales), y me puse en contacto con el fin de informarme. ¡Qué desilusión! Estas organizaciones, o no gestionan proyectos en los que participen voluntarios, o exigen a éstos requisitos imprevistos.

Yo había supuesto que estas instituciones (cuyo espíritu es admirable) se encargaban de impartir cursillos de instrucción a la gente con vocación que recalaba en sus oficinas, pero no. Unas exigían licenciaturas concretas (Medicina, Economía, etcétera) e incluso dos años de experiencia profesional, como mínimo. Otras pedían sencillamente un currículum con el que acceder a estos cursos de instrucción en el que se valoraba igualmente la licenciatura del solicitante y el número de idiomas que dominaba, y así una larga lista de trabas que jamás hubiese previsto.

No puedo entender la existencia de tantísimos obstáculos para quien sólo desea realizarse como persona a través de actos solidarios que en mayor o menor medida marcarán tu vida para siempre.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

En mi caso, que abandoné los estudios por el convencimiento de que cualquier forma de integración en una sociedad como ésta degeneraba sustancialmente a la persona, estos contratiempos han convertido mi futuro en un callejón sin salida.

Por todo ello, quisiera aprovechar esta sección de su diario para rogar a las organizaciones internacionales de espíritu altruista que sigan pensando en la gente que necesita su ayuda, pero que incluyan a las personas como yo entre ellas.

A ver si así se da la coherencia necesaria a sus infraestructuras como para no desperdiciar ni una sola vocación solidaria.-

Archivado En