10 muertos y más de 100 heridos al estallar una bomba en el aeropuerto de Argel

Al menos 10 personas resultaron muertas y otras 100 heridas por la explosión de una bomba que arrasó ayer la planta baja del aeropuerto internacional Huari Bumedián, a 18 kilómetros de Argel. El artefacto estalló a la vez que otro colocado en las oficinas de la compañía aérea Aier France, en centro de Argel, cuyta explosión sólo causó daños materiales. Otro artefacto fue desactivado en las oficinas de la compañía aérea suiza en la misma ciudad.

"La explosión ha dejado en la planta baja del aeropuerto un socavón de un metro de profundidad y un diámetro de unos setenta centímetros", según...

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Al menos 10 personas resultaron muertas y otras 100 heridas por la explosión de una bomba que arrasó ayer la planta baja del aeropuerto internacional Huari Bumedián, a 18 kilómetros de Argel. El artefacto estalló a la vez que otro colocado en las oficinas de la compañía aérea Aier France, en centro de Argel, cuyta explosión sólo causó daños materiales. Otro artefacto fue desactivado en las oficinas de la compañía aérea suiza en la misma ciudad.

"La explosión ha dejado en la planta baja del aeropuerto un socavón de un metro de profundidad y un diámetro de unos setenta centímetros", según informaron a Ana Camacho fuentes diplomáticas españolas que visitaron los escenarios de las dos explosiones registradas ayer en Argel. "En el aeropuerto, el escenario era desolador: el suelo estaba manchado de sangre, los cristales de la fachada hechos añicos, el techo destrozado y el suelo cubierto de restos del mobiliario, ropas y zapatos", explicaron los diplomáticos.Entre los restos rescatados de, los escombros por las fuerzas militares, policiales y los bomberos -que acordonaron la terminal e impidieron el paso al público y los trabajadores-, las mismas fuentes relataron haber visto "los cadáveres carbonizados de dos niños".

Las autoridades argelinas aseguraron ayer que el número de muertos ronda la decena y el de los heridos, el centenar. "Es difícil todavía saber el número exacto de los muertos y sus identidades", explicaron a este diario fuentes argelinas al explicar que los heridos fueron trasladados a diversos hospitales de la capital, hecho que "facilita la confusión". Todas las informaciones oficiales argelinas coincidían ayer en asegurar que no hay víctimas extranjeras.

La onda expansiva alcanzó el primer piso de las instalaciones aeroportuarias y, precisamente, la zona donde se haya la oficina de la línea aérea española Iberia. "No ha quedado vestigio de los cristales ni de las persianas", afirmaron los diplomáticos españoles al subrayar la "feliz casualidad" de que, al no operar vuelos de la compañía a Argel, los miércoles, la oficina estaba cerrada.

Horas más tarde, ya entrada la noche, se produjo un tiroteo en el centro de la capital entre la policía y dos hombre armados. La radio argelina aseguró que un hombre resulto muerto y un policía gravemente herido. El segundo supuesto terrorista fue detenido.

El atentado contra el aeropuerto ha sido el más grave desde el asesinato del presidente Mohamed Budiaf, el pasado mes de junio.

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Menos grave fue la explosión casi simultánea de otra bomba en la oficina de la compañía francesa situada en el centro de Argel. Según testigos presenciales', "no se sabe cómo pero la bomba fue detectada a tiempo". "Dieron orden de evacuar; tres minutos después, estalló", añadieron.

Ningún grupo se ha responsabilizado aún de los atentados. Sin embargo, observadores occidentales y fuentes argelinas contactadas por este diarío relacionan las explosiones con contraataques de extremistas del Frente Islámico de Salvación (FIS).

En concreto, se apunta a que la elección de un objetivo francés responda a una represalia integrista contra Francia por la expulsión, la pasada semana, a Pakistán, de dos dirigentes integristas argelinos que se hallaban asilados en Francia desde el pasado marzo.

Los expulsados, el afgano Jeireddene Jerdane -miembro del centenar de combatientes islámicos entrenados en Sudán- y Bunona Bunera, eran miembros de la corriente más, radical de los islámicos argelinos, el llamado Grupo del Sermón. Según apuntaba recientemente el periódico argelino L'Observateur, ambos eran considerados como los responsables de la reconstrucción del FIS en el extraniero.

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