Gibraltar

Mi felicitación a Jesús Mosterín por su artículo sobré La reivindicación de Gibraltar. Está muy bien que alguien con acceso a las páginas de opinión de ese diario se atreva a decir verdades como puños que los políticos se obstinan en no ver. Y no es porque los más directamente interesados no hayamos intentado abrirles los ojos. Personalmente lo he hecho repetidamente como residente en el Campo de Gibraltar, como estudioso del tema y como promotor con palabras y con hechos, en tiempos no lejanos, de diversas iniciativas para una política de reconciliación y amistad con la población g...

Mi felicitación a Jesús Mosterín por su artículo sobré La reivindicación de Gibraltar. Está muy bien que alguien con acceso a las páginas de opinión de ese diario se atreva a decir verdades como puños que los políticos se obstinan en no ver. Y no es porque los más directamente interesados no hayamos intentado abrirles los ojos. Personalmente lo he hecho repetidamente como residente en el Campo de Gibraltar, como estudioso del tema y como promotor con palabras y con hechos, en tiempos no lejanos, de diversas iniciativas para una política de reconciliación y amistad con la población gibraltareña. Hasta ahora, ni EL PAÍS me abrió sus páginas ni los políticos sus oídos.El argumento de reducción al absurdo empleado por Mosterín puede tener, por lo menos, otra aplicación que revela la doblez de la línea política oficial. Si la voluntad de los habitantes democráticamente expresada no cuenta, sino que cuentan la geografía y la legitimidad histórica de los títulos de adquisición, ¿por qué no devolvemos a Marruecos el 98% del actual territorio melillense y el 75% del actual territorio ceutí, adquiridos en 1860 mediante una guerra colonial de agresión? Sólo aplicando honradamente el principio democrático en Gibraltar podemos sostener sin avergonzarnos la españolidad de Ceuta y Melilla.-