El nuevo propietario invertirá 50 millones para reconstruirlo

El dueño del 'Azor' encuentra saqueados hasta los baños al hacerse cargo del yate

El yate Azor, que el general Franco utilizaba para su recreo, ha abandonado para siempre la ría de Ferrol. Ayer se hizo cargo de él su nuevo dueño, un promotor turístico llamado precisamente Mariano del Barco, que lo compró en subasta pública por 4.600.000 de pesetas, sin apenas competencia porque la Armada exigia que el yate se destinase al desguace. Ahora el propietario tendrá que invertir unos 50 millones de pesetas en reconstruirlo, porque del Azor ha desaparecido todo lo que era transportable. Ha sido saqueado pese a que estaba atracado en una base naval militar.

En los camarotes, ...

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El yate Azor, que el general Franco utilizaba para su recreo, ha abandonado para siempre la ría de Ferrol. Ayer se hizo cargo de él su nuevo dueño, un promotor turístico llamado precisamente Mariano del Barco, que lo compró en subasta pública por 4.600.000 de pesetas, sin apenas competencia porque la Armada exigia que el yate se destinase al desguace. Ahora el propietario tendrá que invertir unos 50 millones de pesetas en reconstruirlo, porque del Azor ha desaparecido todo lo que era transportable. Ha sido saqueado pese a que estaba atracado en una base naval militar.

En los camarotes, sobre todo los dos utilizados por Franco y su esposa, Carmen Polo, no queda ningún elemento, ni siquiera los inodoros de los bajos. De la sala principal, en la que se celebraban aquellos consejos de ministros de los veraneos, han desaparecido los armarios bajos, el enorme aparador de la vajilla, la vajilla y la gran mesa de madera oscura que fue testigo de graves decisiones.Mariano del Barco, un burgalés de familia y trayectoria antifranquista, decidió comprar el buque -"por razones empresariales" y porque considera que "se debe de preservar un trozo de la historia reciente"- cuando leyó que nadie había pujado por el Azor en la primera convocatoria de subasta, el 9 de marzo. Ayer, cuando llegó a la base naval de A Graña para presenciar cómo un remolcador se llevaba el barco a Santander, parecía más apenado que sorprendido.

El Azor quedó fuera de servicio después de un paseo de despedida por la ría en enero de 1990. Franco lo había utilizado por última vez en 1975, tres meses antes de morir. Después de dos travesías con el presidente del Gobierno, Felipe González, a bordo, sirvió sólo en misiones de vigilancia.

Aquel día de 1990 en que quedó definitivamente atracado el yate Azor conservaba todos los elementos ahora saqueados. Ayer, sólo algunos pisoteados sobres y papeles con el membrete del barco recordaban que aquello era el Azor del viejo NO-DO.

En el pliego de condiciones con el que el Ministerio de Defensa lo puso a la venta el 9 de marzo, con un precio de salida de 5.494.264 pesetas, se especificaba que el único destino del Azor era el desguace. "Así se evita que lo compre alguien para promocionar cruceros del tipo 'Viaje como un Caudillo", aseguraba entonces un veterano suboficial de la Capitanía del Cantábrico.

"Todavía no tenemos claro qué destino darle. Lo más probable es que fundamos parte para hacer reproducciones, y conservemos el resto para hacer un hotel o un restaurante flotante, o un museo naval de esa época", asegura Del Barco.

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También se plantea vender piezas sueltas. El nuevo propietario ha recibido ya ofertas, como la de alguien que quiere comprar la cubierta para instalarla en su chalet y para sustituir a la de su yate. "Me imagino que para pisar donde lo hizo Franco", aventura Del Barco.

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