CIENCIA

El Senado de EE UU apoya la construcción del superacelerador de partículas de Tejas

El Senado de EE UU, rechazando el argumento de que el superacelerador de partículas de Tejas (SSC) es un lujo que el país no puede permitirse, ha aprobado un presupuesto de 550 millones de dólares (55.000 millones de pesetas) para continuar el próximo año la construcción del laboratorio. El SSC sirve para investigar la composición fundamental de la materia, mediante el choque de partículas subatómicas aceleradas hasta velocidades próximas a la de la luz por un anillo subterráneo de 87 kilómetros. Los físicos de partículas quieren así reproducir las condiciones del universo inmediatamente despu...

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El Senado de EE UU, rechazando el argumento de que el superacelerador de partículas de Tejas (SSC) es un lujo que el país no puede permitirse, ha aprobado un presupuesto de 550 millones de dólares (55.000 millones de pesetas) para continuar el próximo año la construcción del laboratorio. El SSC sirve para investigar la composición fundamental de la materia, mediante el choque de partículas subatómicas aceleradas hasta velocidades próximas a la de la luz por un anillo subterráneo de 87 kilómetros. Los físicos de partículas quieren así reproducir las condiciones del universo inmediatamente después de la explosión inicial o Big Bang.El programa del SSC, con un presupuesto total de casi 10.000 millones de dólares, estaba en serio peligro desde que hace un mes y medio la Cámara de Representantes decidió interrumpir su financiación. Ahora, a pesar de la preocupación por el déficit presupuestario, el desempleo y el bajo crecimiento económico de EE UU, es muy probable que un comité de las dos cámaras parlamentarias apruebe la resurrección del SSC. El voto del Senado se ha producido tras una intensa actividad política de apoyo al proyecto, incluida una reciente visita del presidente Bush a las obras del laboratorio. Científicos interesados en el proyecto, incluidos 17 premios Nobel, habían advertido a Bush que la cancelación tendría efectos destructores sobre toda la ciencia de EE UU.

También los investigadores europeos, que ahora tienen en Ginebra el acelerador de partículas más grande del mundo (27 kilómetros) y planean construir uno nuevo, el LHC, alternativo y complementarlo al SSC, venían contemplando con preocupación el futuro del proyecto norteamericano.

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