Dos laboratorios diferentes analizan el tumor extraído a Juan Pablo II

Francesco Crucitti, jefe del equipo que operó al Papa el pasado miércoles, informó ayer que el análisis del tumor extirpado al Pontífice ha sido encomendado a dos laboratorios diferentes, ya que "es bueno que se llegue a tener una certeza absoluta" sobre la ausencia de un proceso canceroso. Los resultados de tales análisis no serán conocidos hasta la próxima semana, probablemente el lunes, según el cirujano. Mientras, la recuperación papal prosigue normalmente: ayer se levantó de la cama y caminó un poco por su habitación y se sentó en un sillón.

Los médicos que atienden al Papa mantien...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Francesco Crucitti, jefe del equipo que operó al Papa el pasado miércoles, informó ayer que el análisis del tumor extirpado al Pontífice ha sido encomendado a dos laboratorios diferentes, ya que "es bueno que se llegue a tener una certeza absoluta" sobre la ausencia de un proceso canceroso. Los resultados de tales análisis no serán conocidos hasta la próxima semana, probablemente el lunes, según el cirujano. Mientras, la recuperación papal prosigue normalmente: ayer se levantó de la cama y caminó un poco por su habitación y se sentó en un sillón.

Los médicos que atienden al Papa mantienen su convicción en el carácter benigno de la afección intestinal por la que fue operado, basándose en los resultados de las dos biopsias, preoperatoria y operatoria, que le fueron practicadas al paciente, así como en el primer examen de los nudos linfáticos próximos a la zona operada, también extraídos.Algún médico norteamericano consultado por una agencia de prensa italiana ha expresado, sin embargo, sus dudas, tras tener noticia del gran tamaño del tumor que le fue extirpado al Pontífice. Pero estos mismos galenos entienden que la ablación del pólipo, al menos precanceroso, habría terminado con las posibilidades de expansión de un proceso celular incontrolado. En cualquier caso, los resultados no serán definitivos hasta que concluyan los análisis en curso.

El proceso de recuperación del Papa, que se alimentará por vía intravenosa todavía durante dos o tres días, prosigue normalmente. El parte médico dado a conocer al mediodía de ayer indica que había logrado dormir "algunas horas" durante la noche, tras sufrir una fiebre "leve" en la tarde del miércoles y alguna molestia o dolor, relacionados sobre todo con la extracción de la vesícula biliar, por la que fue "modestamente sedado". "Los principales parámetros hemodinámicos, respiratorios, hematológicos y metabólicos se han mantenido en la norma", precisa el comunicado, que no volverá a ser publicado hasta el sábado, dada, la normal evolución del paciente.

Buen humor

Joaquín Navarro Valls, director de la sala de prensa del Vaticano, indicó, por su parte, que el Papa estaba "recuperando el buen humor"; que había recordado (que ayer, día de la Virgen del Carmelo, comenzaban las fiestas del Trastevere, el popular barrio romano, y que al despachar con el secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano, le había dicho a éste que quería irse de vacaciones, aunque "quizá un poco más tarde de lo previsto".Navarro añadió que, algunos días antes, el pasado domingo, cuando fue internado, el Papa sentía molestias intestinales y sabía ya que era posible que fuera operado. Tras concelebrar misa el domingo con sus dos secretarios, pidió a su confesor que le administrara la unción de los enfermos, y luego se asomó a la ventana del Ángelus para anunciar su inminente ingreso hospitalario a los congregados en la plaza de San Pedro.

Algún médico ha considerado mal enfermo" a este Papa, porque tiende a retrasar al límite ineludible el momento de ponerse en manos de los doctores, mientras otros han suscitado una polémica pública sobre el comportamiento del equipo que le atiende, al no haberse detectado antes un tumor de proporciones tan grandes. Al paso de estas críticas ha salido el propio doctor Crucitti.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

"La intervención a la que ha sido sometido no podía en modo alguno haber sido evitada con análisis preventivos, ni haber sido practicada por vía endoscópica. Además, el adenoma era totalmente asintomático y no provocó nunca pérdidas de sangre", dijo ayer el cirujano jefe que operó al Pontífice.

Crucitti, confirmó, por otra parte, que el corte que le dio el miércoles al Papa en el abdomen siguió la línea de la cicatriz dejada por la operación de, 1981, que partía del esternón para llegar a una ingle. También indicó que sabía desde hace tiempo que Juan Pablo II tenía piedras en la vesícula, pero que, no siendo esa operación urgente, no la había considerado hasta el miércoles.

Archivado En