La subasta de deuda, desierta por el deterioro económico

El Tesoro dejó ayer desierta la subasta de deuda pública y adjudicó una cantidad casi simbólica de letras. El motivo es que las expectativas sobre los tipos de interés vuelven a ser alcistas y el Tesoro ha preferido sacrificar financiación adicional a cambio de "intentar tranquilizar al mercado", según fuentes de esa dirección general.Las necesidades de financiación proceden del aumento del déficit público y de la fuerte apelación al Banco de España que se ha realizado en el primer semestre. Con todo, fuentes del Tesoro comentaron ayer que el recurso ha disminuido desde los 915.000 millone...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Tesoro dejó ayer desierta la subasta de deuda pública y adjudicó una cantidad casi simbólica de letras. El motivo es que las expectativas sobre los tipos de interés vuelven a ser alcistas y el Tesoro ha preferido sacrificar financiación adicional a cambio de "intentar tranquilizar al mercado", según fuentes de esa dirección general.Las necesidades de financiación proceden del aumento del déficit público y de la fuerte apelación al Banco de España que se ha realizado en el primer semestre. Con todo, fuentes del Tesoro comentaron ayer que el recurso ha disminuido desde los 915.000 millones de pesetas de mayo a unos 700.000 a finales de junio.

La incertidumbre sobre la situación económica -tras el disparo de los déficits público y exterior, el aumento del desempleo y la persistencia de la inflación junto a la salida de inversores extranjeros -que favorece la depreciación de la peseta- presiona a la baja los precios de la deuda pública en el mercado secundario o, lo que es lo mismo, eleva tanto su rentabilidad como las expectativas de subida de tipos de interés.

El impacto de esta situación en la subasta de ayer se resume en una reducida demanda de títulos públicos con las rentabilidades que ahora ofrece el mercado secundario. Las obligaciones a 10 años, por ejemplo, ya alcanzan una rentabilidad en el secundario del 11,60% cuando la rentabilidad en la anterior subasta era del 10,90%.

Las escasas peticiones que se presentaron ayer para adquirir deuda a medio y largo plazo (unos 25.000 millones entre obligaciones y bonos a tres y cinco años) apostaban por esa subida.

La subasta de letras, mientras, se saldó con una adjudicación también reducida pero que permite tanto cubrir el importe que vencía ayer como mantener invariable la rentabilidad de estos títulos en el 12,036%.

El compás de espera actual se mantendrá, según fuentes del mercado, hasta que se defina el nuevo objetivo de déficit público para este año, que es el que mide las necesidades de financiación del Tesoro. Si se cumpliera el déficit previsto en el plan de convergencia, el Tesoro sólo necesitaría emitir 400.000 millones por encima de los 4,2 billones que le vencen el segundo semestre.

Archivado En