Dos mil palestinos protestan en Gaza para exigir la vuelta al trabajo en Israel

A los palestinos de Gaza se les está acabando la paciencia. Más de dos semanas de asedio y nuevas restricciones laborales están volviendo a transformar la miserable franja ocupada por Israel en un verdadero polvorín. Ayer, el Ejército de Tel Aviv tuvo que usar un helicóptero para sofocar una manifestación de más de 2.000 palestinos desesperados por volver al trabajo en Israel.

La pobreza y la humillación empuja a los palestinos a la violencia. "No tenemos nada que perder, nada", decía hace dos días Mansur, un obrero palestino padre de tres niños que se ha cansado de esperar que el Ejérc...

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A los palestinos de Gaza se les está acabando la paciencia. Más de dos semanas de asedio y nuevas restricciones laborales están volviendo a transformar la miserable franja ocupada por Israel en un verdadero polvorín. Ayer, el Ejército de Tel Aviv tuvo que usar un helicóptero para sofocar una manifestación de más de 2.000 palestinos desesperados por volver al trabajo en Israel.

La pobreza y la humillación empuja a los palestinos a la violencia. "No tenemos nada que perder, nada", decía hace dos días Mansur, un obrero palestino padre de tres niños que se ha cansado de esperar que el Ejército israelí le autorice la salida de Gaza. Mansur, de 30 años, trabaja como barrendero en un suburbio de Tel Aviv y, al igual que más de 30.000 obreros árabes, no ha ganado un sólo shekel desde que el Ejército impuso el asedio tras el asesinato de un adolescente israelí por un árabe de Gaza a fines del mes pasado.Según varios informes, las piedras cayeron ayer del cielo y sobre los propios palestinos: un helicóptero militar derramó guijarros sobre la manifestación a las puertas de Gaza. Hartos de esperar que se les deje ir al trabajo, los palestinos comenzaron a corear consignas detrás de las alambradas en el puesto israelí de Erez, más conocido, en Gaza como el mercado de esclavos. Luego vinieron las pedradas y los disparos al aire.

Fue una escaramuza breve, rutinaria en Gaza, pero que esta vez ayudó a ilustrar la volatilidad de la situación en la franja. Israel ha ido abriendo gradualmente las puertas de Gaza para que los palestinos -la mano de obra barata- puedan regresar a las fábricas de Tel Aviv, Haifa y otros centros. La apertura, sin embargo, está sujeta a condiciones que marginan al grueso de la clase trabajadora.

En las callejuelas de Gaza existe la convicción de que esta política de mano dura está relacionada con las elecciones parlamentarias de Israel (23 de junio). Para el doctor Freih Abu Middain, presidente de la Asociación de Abogados de Gaza, el Gobierno de Isaac Shamir quiere provocar una ola de violencia para sabotear el proceso de paz iniciado en Madrid en octubre pasado.

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