Yeltsin acusa a Bush de buscar ventajas unilaterales en la negociación de desarme

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, acusó ayer a Estados Unidos de tratar de obtener ventajas unilaterales en las conversaciones sobre reducción de armas estratégicas. Yeltsin lanzó estas acusaciones en una reunión con los altos mandos del Ejército horas después de que su ministro de Asuntos Exteriores no hubiera podido llegar a un acuerdo en Washington sobre este tema.

Andrei Kozirev se entrevistó en la capital norteamúricana con el secretario de Estado, James Baker, y el presidente, George Bush.Yeltsin informó a los militares que no se había podido acordar la cifra de misiles a red...

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El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, acusó ayer a Estados Unidos de tratar de obtener ventajas unilaterales en las conversaciones sobre reducción de armas estratégicas. Yeltsin lanzó estas acusaciones en una reunión con los altos mandos del Ejército horas después de que su ministro de Asuntos Exteriores no hubiera podido llegar a un acuerdo en Washington sobre este tema.

Andrei Kozirev se entrevistó en la capital norteamúricana con el secretario de Estado, James Baker, y el presidente, George Bush.Yeltsin informó a los militares que no se había podido acordar la cifra de misiles a reducir, y subrayó que los norteamericanos quieren que Rusia elimine todos sus cohetes con cabezas múltiples con base en tierra. "Si accedemos a esto, Estados Unidos se verá en una posición mucho más ventajosa con respecto a nosotros", dijo el presidente ruso.

El problema es que la ex URSS baló fundamentalmente su sistema de disuasión nuclear en este tipo de misiles, mientras que los norteamericanos tienen un sistema más diversificado, con buena parte de sus misiles de ataque a bordo de submarinos. Por eso los rusos afirman que no se pueden eliminar totalmente los cohetes instalados en tierra si EE UU se niega a negociar sobre los que están en sus naves.

El presidente ruso dijo que tratará de encontrar una solución al problema durante su visita a Washington la próxima semana. "Quisiéramos reducir las armas estratégicas hasta las 2.200-2.500 por cada lado antes del año 2000", declaró.

Yeltsin, que anuncié una serie de nuevos nombramientos y un aumento de los salarios de los militares en un 80%, aseguró a los generales que "no hay alternativa al equipo de [Yegor] Gaidar", el viceprimer ministro responsable de la reforma económica. Esta reunión es interpretada por algunos observadores como un esfuerzo por parte de Yeltsin para apaciguar al Ejército y obtener su apoyo al Gobierno, en el que recientemente se han incorporado algunos representantes de la industria militar.

Todos los recién nombrados en Defensa son, según los comentaristas militares, hombres de Pável Grachov, el actual titular de Defensa, que antes había comandado las tropas de paracaidistas. Grachov, que desea quedarse con casi todo el ex Ejército Rojo, ha entrado en pugna con el comandante de las Fuerzas Armadas de la Comunidad de Estados Independientes, el mariscal Yévgueni Sháposhnikov, quien tiene posiciones más conciliadoras con respecto a los problemas de la Flota del Mar Negro y del Transdniéster.

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Los nuevos dirigentes del Ministerio de Defensa son generales duros, como el propio Grachov. Víktor Dubinin, ex comandante de las tropas soviéticas en Polonia, ha sido nombrado primer viceministro y también jefe del Estado Mayor General. Como viceministros han sido designados Valeri Mirónov, comandante de las tropas rusas en el Báltico; Vladímir Torópov, comandante del distrito militar de Moscú, así como Gueorgui Kondrátiev, comandante del distrito militar del Turquestán.

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