El Plan Hidrológico controlará los pozos que abastecen a 11 millones de españoles

Expertos del Instituto Geológico y Minero concluyen en estos días la redacción del primer libro blanco de las aguas subterráneas de las que se abastecen 11 millones de españoles y nutren a un millón de hectáreas de cultivos de regadío. Sus conclusiones se incorporarán al Plan Hidrológico Nacional que contempla por primera vez en la historia la regulación de los pozos de agua, de propiedad y uso privado hasta el año 1985.

Ser propietario de un pozo era como tener una mina, hasta que se aprobó la Ley de Aguas en 1985. Con anterioridad a esa fecha, la regulación de las aguas de los ríos y ...

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Expertos del Instituto Geológico y Minero concluyen en estos días la redacción del primer libro blanco de las aguas subterráneas de las que se abastecen 11 millones de españoles y nutren a un millón de hectáreas de cultivos de regadío. Sus conclusiones se incorporarán al Plan Hidrológico Nacional que contempla por primera vez en la historia la regulación de los pozos de agua, de propiedad y uso privado hasta el año 1985.

Ser propietario de un pozo era como tener una mina, hasta que se aprobó la Ley de Aguas en 1985. Con anterioridad a esa fecha, la regulación de las aguas de los ríos y los pantanos estaba en manos del Estado. Los recursos hidrológicos subterráneos quedaban fuera de control al ser de uso y propiedad privados. Así es como grandes zonas del litoral mediterráneo, Canarias, Baleares, Castilla-La Mancha y el Sur han llegado a esquilmar y contaminar sus acuíferos."Son más difíciles de gobernar. Un pantano que abastece a 30.000 hectáreas se dirige con una persona, pero resulta mucho más complicado controlar a las 5.000 o 10.000 personas propietarias de los 400.000 pozos que hay", dice Agustín Navarro Alvargonzález, director de Aguas Subterráneas y Geotecnia del Instituto Tecnológico Geominero de España (ITGE). El Instituto vive una luna de miel con la Secretaría de Estado de las Aguas y Medio Ambiente aunque dependan de ministros distintos, el primero de Claudio Aranzadi y el segundo de José Borrell.

Contaminación

Para Navarro, el problema más grave de las aguas subterráneas es "el riesgo de contaminación por el uso agrícola de fertilizantes, plaguicidas, insecticidas y herbicidas que se quedan en el suelo, se infiltran y contaminan los acuíferos". Otra cuestión preocupante es la excesiva concentración de los pozos, como ocurre en todo el litoral Mediterráneo.Sobre el Plan Hidrológico Nacional, Navarro y sus compañeros del ITGE -entre ellos José Antonio López Geta, jefe de área- tienen varias propuestas que hacer. La primera es mejorar la red nacional piezométrica -las estaciones de aforo que miden los niveles y la calidad de aguas superficiales y subterráneas en cada momento- ya que la actual es muy precaria, en su opinión.

La segunda exige complementar los abastecimientos de las poblaciones con aportes de aguas subterráneas -en algunos casos harían innecesaria la construcción de nuevos pantanos- para evitar las angustias que acechan cada vez que pasan dos meses sin llover en todo el norte peninsular, Madrid, Jaén, Cáceres y muchas poblaciones castellanas.

Un tercer apartado contempla la definición del perímetro de protección de los acuíferos para consumo, de tal manera que se impida el uso agrícola de sus inmediaciones, otras captaciones o la instalación de industrias nocivas. Por último, elaborar programas a largo plazo de ordenación de las cuencas y recuperar los acuíferos esquilmados o deteriorados por su desarrollo anárquico.

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Por otro lado el presidente de Castilla y León, Juan José Lucas, ha calificado el decreto de ayuda contra la sequía de "roñoso", informa José Lera.

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