Economía y el Banco de España condicionan la rebaja de coeficientes a la mejora de la eficiencia bancaria

La reciente rebaja del coeficiente de caja en Francia ha avivado la polémica sobre la conveniencia de una actuación similar en España. Las entidades de crédito consideran que es un paso imprescindible para mejorar su competitividad de cara a la desaparición de fronteras en 1993. La Administración cree que la rebaja de coeficientes "es el último cartucho", y que antes debe mejorar la competitividad de bancos y cajas.



El problema que se plantea es que, según los datos del Banco de España, los indicadores de competitividad no han mejorado nada o han ido empeorando desde 1985...

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La reciente rebaja del coeficiente de caja en Francia ha avivado la polémica sobre la conveniencia de una actuación similar en España. Las entidades de crédito consideran que es un paso imprescindible para mejorar su competitividad de cara a la desaparición de fronteras en 1993. La Administración cree que la rebaja de coeficientes "es el último cartucho", y que antes debe mejorar la competitividad de bancos y cajas.

El problema que se plantea es que, según los datos del Banco de España, los indicadores de competitividad no han mejorado nada o han ido empeorando desde 1985. Tres son los indicadores básicos en los que se apoyan el Ministerio de Economía y el Banco de España para recordar a las entidades de crédito la necesidad de mejorar su competitividad: El peso de los créditos en el conjunto de la actividad bancaria, la importancia de los gastos de explotación y los esfuerzos realizados para disminuirlos, y el crecimiento de las comisiones cobradas por las entidades.

"Prirnero hace falta que bajen los márgenes de la banca, que se reduzcan los costes y se hagan los ajustes necesarios de cara al mercado único bancario", señalan fuentes cercanas a la Administración. Tales ajustes, según las mismas fuentes, comenzaron a principios de los ochenta pero se paralizaron a mitad de la década, es decir, con los años de la expansión económica.

El problema, desde el punto de vista del Ministerio de Economía y el Banco de España es que "durante los años en los que el mercado estuvo muy activo no se hizo nada y si ahora se adelantase el calendario de amortización de los certificados de depósito o se redujera el coeficiente de caja, no se abordarían el ajuste que es necesario hacer de cara al mercado único bancario". Sin embargo, tanto Economía como el banco emisor reconocen que el coeficente de caja también merma la competitividad, y "por ello se ha rebajado desde el 20% de principios de los 80 hasta el 4,5% anual".

Informe al Gobierno

A este respecto, el director general.del banco emisor, Ángel Madroñero, anunció ayer en Sevilla que la entidad ha elevadó un informe al Ministerio de Economía y Hacienda en el que se hace un detallado análisis comparativo de la situación de los coeficientes de caja en los distintos países de la CE. En dicho informe, "se refle¡an los posibles efectos negtivos, que aún no se han producido sobre la competitividad de los bancos españoles", declaró Madroñero, informa Jorge Rivera.

La deslocalización de los ahorros -es decir, que,el ahorro se dirija a otros países en busca de la mayor rentabilidad en lugares con menores coeficientes de caja- es el principal de esos efectos negativos.

El director general del Banco de España reconoció que "si llegan a producirse graves distorsiones, habría que optar por tomar alguna medida". Esta medida, que quizá podría suponer una reducción del coeficiente de caja, es descartada sin embargo a corto plazo en rnedios financieros.

Según el Ministerio de Economía y el Banco de España, el ajuste debe dirigirse, al menos, a dos frentes: A la reducción de los gastos de explotación en relación al activo del balancede cada entidad bancaria y la diversificación de la actividad bancaria. En el primer aspecto destaca el ajuste de oficinas y personal y en el segundo el pesode la inversión crediticia como principal fuente de actividad y el crecimiento de las comisiones netas percibidas.

Los datos oficiales muestran que la banca -por término medio- realizó un importante esfuerzo de reducción de sus gastos de explotación hasta 1987, año en el que esta tendencia se vió quebrada. Con todo, el año pasado se produjo un nuevo intento para reconducir estos gastos. En las cajas de ahorro, mientras, la reducción ha sido paulatina desde 1983, con el problema de que el peso de estos gastos es aún mayor en estas entidades que en la media de la banca.

Los dos indicadores de diversificación de, actividad -inversión crediticia y comisiones netas- muestran una evolución muy similar. Bancos y cajas registraron niveles mínimos del peso de esta inversión en relación a su activo total en 1985 y 1986, respectivamente, para después volver a los niveles de principios de los ochenta.

Las comisiones, mientras, muestran una evolución creciente que, según fuentes de Economía, es sólo apareilte. El motivo es que crecen al mismo ritmo las comisiones percibidas y las pagadas, con lo que el neto queda a un nivel estable.

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