El color de la pasión

En Lorca (Murcia), todo niño o niña, al nacer, es bautizado y adscrito a un color pasional, el de una de las dos cofradías o pasos: azules o blancos. En el colegio, en el trabajo o en el bar vivirán de por vida ese color, porque no hay nada peor en Lorca que ser un casaca (aquel que cambia de bando).En Semana Santa, la tradición exige separación total de colores. La mujer o el hombre, si no coinciden en el color de su cónyuge, podrán irse a casa de sus padres. Los saludos en estos días se pueden retirar, y está permitido que un camarero se niegue a servir a un cliente de otro col...

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En Lorca (Murcia), todo niño o niña, al nacer, es bautizado y adscrito a un color pasional, el de una de las dos cofradías o pasos: azules o blancos. En el colegio, en el trabajo o en el bar vivirán de por vida ese color, porque no hay nada peor en Lorca que ser un casaca (aquel que cambia de bando).En Semana Santa, la tradición exige separación total de colores. La mujer o el hombre, si no coinciden en el color de su cónyuge, podrán irse a casa de sus padres. Los saludos en estos días se pueden retirar, y está permitido que un camarero se niegue a servir a un cliente de otro color.

El Viernes Santo es el gran día, cuando comienza la procesión conjunta de los desfiles bíblico-pasionales. Nabucodonosor o la reina de Saba son blancos; Cleopatra o Nerón son azules. Los pasos morao (pro azules) y encarnao (pro blancos) abren los desfiles, luego vienen los azules, y después el paso negro. Los blancos cierran las procesiones.

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