Kohl se juega su futuro en los comicios de Baden-Würtenberg

Los democristianos (CDU) del canciller Helmut Kohl han monopolizado el Gobierno de Baden-Würtenberg, el Estado más rico de Alemania, la única región europea que tiene superávit en la balanza de pagos con Japón y donde se dan los salarios más altos del país y el desempleo más bajo. Pero la mayoría absoluta se les escapa irremisiblemente en el último de los länder occidentales que sigue en su poder, y el domingo, un ascenso de la extrema derecha podría provocar incluso una carambola que los desalojara del Gobierno de Stuttgart.Kohl, para quien una derrota en Baden-Würtemberg marcaría su p...

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Los democristianos (CDU) del canciller Helmut Kohl han monopolizado el Gobierno de Baden-Würtenberg, el Estado más rico de Alemania, la única región europea que tiene superávit en la balanza de pagos con Japón y donde se dan los salarios más altos del país y el desempleo más bajo. Pero la mayoría absoluta se les escapa irremisiblemente en el último de los länder occidentales que sigue en su poder, y el domingo, un ascenso de la extrema derecha podría provocar incluso una carambola que los desalojara del Gobierno de Stuttgart.Kohl, para quien una derrota en Baden-Würtemberg marcaría su punto más bajo, podría ser víctima de su propia estrategia en el partido. Kohl se ha comprometido a fondo en esta campaña, en la que se juega tal vez su futuro político. Muchos votantes democristianos sospechan aún sobre las circunstancias que rodearon la dimisión de Lothar Spaeth, el hombre que, con más de una docena de años en el sillón de Stuttgart, representaba en sí mismo la imagen del país. Su salida, por aceptar suntuosos regalos de las empresas locales aparece, cada vez más, como una maniobra más del canciller para deshacerse de adversarios políticos peligrosos.

Su sucesor, Erwin Teufel, no tiene ni de lejos el carisma de Spaeth, y esta es la primera vez que se presenta ante los electores. En principio, las encuestas siguen dando una mayoría a la CDU, pero por su diestra ha surgido el habitual fantasma de la extrema derecha. Tres partidos, los Republikaner, la Liga Alemana para la Patria y el Pueblo y Partido Nacional Democrático (NPD) reúnen más de un 8% de los votos, y los reps se acercan a la barrera mágica del 5% necesario para obtener representación. Si ninguno de ellos supera esta barrera, la CDU, como partido mayoritario, sería el gran beneficiado, pero, si lo hacen, la pérdida de escaños democristianos puede ser fatal.

El líder socialdemócrata Dieter Spoeri tampoco es muy popular, pero para completar la carambola sólo haría falta que los liberales (FDP) bajaran y Los Verdes subieran, lo que completaría un Parlamento del que difícilmente saldría un Gobierno conservador.

El domingo también se celebran elecciones en el dominio democristiano del norteño Schleswig-Holstein. Los socialdemócratas rompieron hace cuatro años ese dominio. El actual líder del SPD, el elegante Bjorn Engholm, se llevó un abrumador 54,8% de los votos, haciéndose con la mayoría absoluta.

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