Un 'zar' ineficaz

Bob Martínez, nieto de asturianos y zar antidroga de la Administración del presidente George Bush, está atravesando una situación apurada. Los escasos resultados aparentes de la represión del narcotráfico y lo que en Washington se denomina su "poca talla política", han ido minando la imagen de Martínez, al que un revés electoral arrebató su puesto de gobernador de Florida en noviembre de 1990.La crisis por la que atraviesa Martínez, al que sus detractores llaman "el hombre invisible", no es más que el reflejo de la política antidroga de Bush. Algunos senadores, como Joseph Biden (demócrata por...

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Bob Martínez, nieto de asturianos y zar antidroga de la Administración del presidente George Bush, está atravesando una situación apurada. Los escasos resultados aparentes de la represión del narcotráfico y lo que en Washington se denomina su "poca talla política", han ido minando la imagen de Martínez, al que un revés electoral arrebató su puesto de gobernador de Florida en noviembre de 1990.La crisis por la que atraviesa Martínez, al que sus detractores llaman "el hombre invisible", no es más que el reflejo de la política antidroga de Bush. Algunos senadores, como Joseph Biden (demócrata por Delaware), se quejan de que las cifras oficiales no reflejan la realidad: el aumento del consumo de estupefacientes. Otro senador demócrata, Denis DeConcini, de Arizona, piensa que Martínez comenzó a dirigir el plan antidroga en el peor momento, un mes antes del inicio de la Operación Tormenta del Desierto y de que Bush relegara el tema de la droga a un segundo plano. Martínez, de 56 años de edad, no es capaz de contrarrestar las críticas de sus oponentes demócratas y mucho menos de luchar en el Capitolio para que los planes antidroga no sufran mayores recortes.

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