La CSCE elabora una redefinición de su papel y sus mecanismos

La Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE), convertida en un organismo euro-asiático-norteamericano con la admisión de las repúblicas musulmanas de la antigua Unión Soviética, intentará redefinir su papel y sus mecanismos de actuación en la cumbre de jefes de Gobierno que celebrará los próximos días 9 y 10 de julio en Helsinki, la ciudad en la que nació hace ahora 17 años. "Si queremos que la CSCE tenga algún futuro", explicó el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, al término de la reunión ministerial celebrada en Praga, "tendremos que tomar decisi...

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La Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE), convertida en un organismo euro-asiático-norteamericano con la admisión de las repúblicas musulmanas de la antigua Unión Soviética, intentará redefinir su papel y sus mecanismos de actuación en la cumbre de jefes de Gobierno que celebrará los próximos días 9 y 10 de julio en Helsinki, la ciudad en la que nació hace ahora 17 años. "Si queremos que la CSCE tenga algún futuro", explicó el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, al término de la reunión ministerial celebrada en Praga, "tendremos que tomar decisiones políticas y trazar una raya que vaya diferenciando el papel de los distintos organismos que existen en Europa y que en estos momentos se superponen".En Praga, reconoció Fernández Ordóñez, "no hemos dado pasos importantes. Lo único destacado ha sido la ruptura de la regla del consenso, para graves violaciones de los derechos humanos, pero limitando la posible acción a medidas políticas y fuera del territorio afectado, es decir, excluyendo acciones de fuerza".

El único resultado tangible de la reunión de Praga, además de la admisión de las repúblicas asiáticas, a fin de vincularlas al proceso democrático y a Europa y no alentar sus relaciones con el islamismo, fue la decisión de enviar una misión de expertos a la región de Nagorno Karabaj, un enclave armenio situado en Azerbaiyán. Desde que se inició el derrumbe del imperio soviético, los enfrentamientos entre azerbayanos y armenios han causado centenares de muertos.

Disgusto alemán

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, que no ocultó su disgusto por no poder acudir a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, adonde sí se marcharon sus colegas británico y francés, lamentó que la CSCE no hubiera admitido como miembros a Croacia y Eslovenia, y aseguró que su país insistirá para que el ingreso se realice como muy tarde el próximo mes de marzo. Alemania, que reclama ahora con fuerza un mayor peso político y protagonismo en todos los organismos internacionales, defenderá también la creación de cascos azules europeos que dependan de la CSCE.

La imposibilidad de funcionar de acuerdo con las reglas actuales quedó una vez más de manifiesto cuando se trató el tema de Yugoslavia, miembro fundador de la CSCE, cuya bandera sigue ondeando en la puerta de las reuniones. Los ministros se limitaron a advertir sobre una eventual extensión del conflicto y a reiterar que no aceptarán la modificación por la fuerza de las fronteras interiores. Igualmente recordaron que según las leyes internacionales los autores de actos de violencia y de la ruptura de acuerdos de alto el fuego son "personalmente responsables" de esas acciones.

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