Felipe González aterriza en Torrejón

La niebla en el aeropuerto de Barajas altera la agenda de los políticos

El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, tuvo que salir ayer disparado del Pabellón de Estado del aeropuerto de Madrid-Barajas -cubierto por un banco de niebla- para poder recibir al presidente del Gobierno, Felipe González, al pie de la escalerilla de su avión en la base áerea de Torrejón de Ardoz, donde lucía el sol. El Boeing 707 de las Fuerzas Aéreas españolas en el que viajaba el presidente, procedente de Caracas, fue desviado a las cercanas pistas militares "porque Barajas estaba cerrado en ese momento", según informó la Oficina del Portavoz del Gobierno. El aparat...

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El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, tuvo que salir ayer disparado del Pabellón de Estado del aeropuerto de Madrid-Barajas -cubierto por un banco de niebla- para poder recibir al presidente del Gobierno, Felipe González, al pie de la escalerilla de su avión en la base áerea de Torrejón de Ardoz, donde lucía el sol. El Boeing 707 de las Fuerzas Aéreas españolas en el que viajaba el presidente, procedente de Caracas, fue desviado a las cercanas pistas militares "porque Barajas estaba cerrado en ese momento", según informó la Oficina del Portavoz del Gobierno. El aparato tomó tierra con, una media hora de retraso sobre el horario previsto.Otro acto oficial, la firma del acuerdo sobre el nuevo sistema de Financiación de las comunidades autónomas, también se vio afectado por la niebla. El consejero de Economía del Gobierno balear, Alejandro Forcades, quedó bloqueado en el aeropuerto de Palma de Mallorca y no pudo desplazarse a Madrid para participar en la sesión del Consejo de Política Fiscal, presidida por el ministro de Economía y, Hacienda, Carlos Solchaga, informa la agencia Europa Press.

La comitiva del presidente del Gobierne atravesó a las 12.55 el puesto de control situado en la carretera de acceso a la base de Torrejón, en cuya pista había tomado tierra su avión minutos antes. El vehículo oficial de González, custodiado por dos coches de escolta y una pareja de motoristas, se dirigió a toda velocidad hacia la carretera nacional II (Madrid-Barcelona) y se perdió en el denso tráfico de entrada a Madrid. Según los servicios de la Oficina del Portavoz, el presidente tenía previsto llegar hasta el palacio de la Moncloa a bordo de un helicóptero que le había esperado en la pista de Barajas, como es habitual en sus viajes oficiales.

En este aeropuerto, unos 40 vuelos regulares quedaron cancelados desde la mañana del domingo hasta el mediodía de ayer. Los paneles informativos registraban continuas demoras. Vicente, de 32 años y especialista en montajes metálicos, es un viajero habitual en el puente aéreo que enlaza Madrid y Barcelona. A las dos de la tarde de ayer contemplaba resignado la larga cola de los mostradores de reservas. "Ya tenía que estar en Barcelona", se lamentaba, "y eso que el sábado tuve que esperar tres horas en El Prat". Un letrero electrónico repetía sin pausa la advertencia: "Los vuelos del puente aéreo, demorados por mal tiempo". Al ser informado del desvío del vuelo de Felipe González a la base de Torrejón comentó en tono irónico: "Me alegro por él, pero los demás no tenemos la misma suerte".

Otro viajero, Orlando Ferro, de 26 años, dormitaba en una butaca. "Tenía que haber salido para Vigo hace una hora, pero tengo que esperar dos horas más para un vuelo que aún no ha sido confirmado". En su opinión, Felipe González "tiene todo el derecho a utilizar las instalaciones de Torrejón en un viaje oficial, aunque no es normal que exista una base militar tan cerca de la capital".

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