Hombre y mujer

Una de las cosas más sorprendentes de la batalla de los sexos de 1991 fue lo llena de sorpresas que estuvo. Tras la revolución feminista de los setenta, la era posfeminista se desarrolló en los ochenta entre meditaciones sobre instalaciones para el cambio de pañales en los servicios masculinos del aeropuerto. Al llegar los noventa se suponía que los estadounidenses habrían avanzado hacia formas más sutiles en lo que se refiere a mejorar la calidad de vida de cada uno, dejando a las mujeres definirse en su individualidad y dejando a los hombres ser guerreros o comer yogures congelados, s...

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Una de las cosas más sorprendentes de la batalla de los sexos de 1991 fue lo llena de sorpresas que estuvo. Tras la revolución feminista de los setenta, la era posfeminista se desarrolló en los ochenta entre meditaciones sobre instalaciones para el cambio de pañales en los servicios masculinos del aeropuerto. Al llegar los noventa se suponía que los estadounidenses habrían avanzado hacia formas más sutiles en lo que se refiere a mejorar la calidad de vida de cada uno, dejando a las mujeres definirse en su individualidad y dejando a los hombres ser guerreros o comer yogures congelados, según les pareciera mejor. (...) ¿Cómo pueden saber los hombres cuáles son las normas, cuando resulta que cambian constantemente? ¿En qué momento el malentendido se convierte en delito? Si las acusaciones se demuestran como falsas, ¿cómo recupera un hombre su reputación? ¿Se sienten las mujeres víctimas de delitos sexuales luchando en una guerra de guerrillas con armas frente a las que los hombres no pueden defenderse? (...)

Los empresarios están haciendo más explícita su normativa y más fidedignos sus informes. Si hombres y mujeres son desde ahora más cautos y conscientes sobre lo que pueden decir o hacer, puede. que no sea un precio muy alto para un nuevo entendimiento de lo que es un comportamiento adecuado y de lo que no.

, 6 de enero

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