El Plan de Salud Pública quiere reducir en un 10% los adictos a alcohol y tabaco

El Plan Nacional de Salud Pública fija entre sus objetivos prioritarios la reducción del consumo de tabaco y alcohol, así como la mejora de los hábitos alimentarios, según el último borrador elaborado por Francisco Ortega, secretario general de Salud Pública. En el caso del tabaco-responsable de 40.000 muertes anuales-, la meta se sitúa en disminuir en 1995 en un 10% el número de nuevos fumadores. Con respecto al alcohol, Sanidad le atribuye 10.000 fallecimientos al año y fija su atención en reducir en un 10% los bebedores excesivos.

Un 6% de los españoles se encuadran dentro de ese gru...

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El Plan Nacional de Salud Pública fija entre sus objetivos prioritarios la reducción del consumo de tabaco y alcohol, así como la mejora de los hábitos alimentarios, según el último borrador elaborado por Francisco Ortega, secretario general de Salud Pública. En el caso del tabaco-responsable de 40.000 muertes anuales-, la meta se sitúa en disminuir en 1995 en un 10% el número de nuevos fumadores. Con respecto al alcohol, Sanidad le atribuye 10.000 fallecimientos al año y fija su atención en reducir en un 10% los bebedores excesivos.

Un 6% de los españoles se encuadran dentro de ese grupo, según el estudio realizado por el Ministerio de Sanidad y Consumo para conocer los hábitos de los españoles. Éste reveló que el 36% de los españoles mayores de 16 años son fumadores, así como que el porcentaje de bebedores ha pasado del 64% en 1980 al 67% en 1989. A la Administración le preocupa especialmente el hecho de que se ha producido un descenso de los bebedores moderados; y un incremento de los excesivos, así como que cada vez es más precoz el inicio al consumo tanto del alcohol como del tabaco.La intoxicación etílica está relacionada con las muertes por cirrosis; hepática -2,6% de los fallecimientos anuales-, así como con un tercio de los accidentes de tráfico y un 30% de los siniestros laborales. Por ello, Sanidad ha preparado una batería de medidas que abarca desde la reducción de la publicidad del alcohol a medidas más rigurosas para los conductores. Así, se prevé situar la tasa de alcoholemia en 0,5 miligrarnos por 1.000 centímetros cúbicos de sangre. Actualmente este índice está situado en 0,8 miligramos. Los conductores que sobrepasen este nivel pueden ser sancionados con multas de hasta 100.000 pesetas y quedarse temporalmente sin carné.

Consenso

Para que estas medidas salgan adelante, Sanidad, que ha anunciado en reiteradas ocasiones la inmediata aprobación del plan, necesita el visto bueno del Consejo Interterritorial, en el que están representadas todas las comunidades autónomas. Las posibles reticencias de éstas, con competencias todas ellas en salud pública, ha sido uno de los motivos que han movido al departamento de Administraciones Públicas a retener desde el pasado mes de octubre la aprobación del plan en el Consejo de Ministros.Esta iniciativa, presentada por García Valverde ante el Congreso como el principal eje de su política tras el frenazo que sufrió en septiembre pasado la reforma sanitaria, abarca 20 áreas-objetivo, según las define Francisco Ortega. Con ello se quiere abordar, en palabras del secretario general de Salud Pública, tanto "enfermedades propiamente dichas como factores condicionantes de las mismas".

En el primer lugar de ese catálogo de áreas figuran las enfermedades cardiovasculares, seguidas del cáncer, dolencias respiratorias crónicas, diabetes, enfermedades transmisibles, sida, salud mental, ancianos, materno-infantil, salud buco-dental, tabaquismo, alcohol, sedentarismo, nutrición, higiene de los alimentos, sanidad ambiental, salud laboral, antropozoonosis y, por último, información epidemiológica.

De todas ellas, las que más preocupan a la Administración son, sin duda, las dos primeras, toda vez que cerca de dos tercios de los fallecimientos se deben a enfermedades cardiovasculares y al cáncer (42% y 23%, respectivamente, según los datos de 1987). Este grupo de patologías están relacionadas con hábitos de vida, como son el consumo de tabaco y alcohol.

Por otro lado, el plan señala que aunque las enfermedades transmisibles han disminuido "enormemente durante los últimos decenios la persistencia de alguna de ellas obliga a considerarlas como un problema a superar". En efecto, entre 1984 y 1990 las enfermedades respiratorios como la tuberculosis ha descendido un 24%; la hepatitis vírica un 54% y la sífilis un 58%, pero aún así en el año pasado se declararon 7.600 casos de tuberculosis, 15.400 de hepatitis y 1.685 de sífilis.

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