Hormaechea se niega a dimitir pese al deseo inicial de Aznar de que renunciara a su cargo

Juan Hormaechea se negó ayer a dimitir como presidente del Gobierno de Cantabria tras regresar del largo viaje, en parte público y en parte privado, que ha realizado por México y EE UU. Esta actitud la comparte y respalda Rodolfo Martín Villa, encargado por el PP de la mediación entre la ejecutiva del partido y el procesado gobernante cántabro. Una postura que contrasta con el deseo inicial de que Hormaechea dimitiera, expresado por José María Aznar a varios colaboradores. Hormaechea cenó anoche con Martín Villa y aceptó conversar con Aznar antes de volver a Santander.

Pocos minutos ant...

Juan Hormaechea se negó ayer a dimitir como presidente del Gobierno de Cantabria tras regresar del largo viaje, en parte público y en parte privado, que ha realizado por México y EE UU. Esta actitud la comparte y respalda Rodolfo Martín Villa, encargado por el PP de la mediación entre la ejecutiva del partido y el procesado gobernante cántabro. Una postura que contrasta con el deseo inicial de que Hormaechea dimitiera, expresado por José María Aznar a varios colaboradores. Hormaechea cenó anoche con Martín Villa y aceptó conversar con Aznar antes de volver a Santander.

Pocos minutos antes de que Martín Villa acudiera a cenar con Hormaechea, José María Aznar evitaba pronunciarse públicamente sobre la conveniencia de que el presidente cántabro tome la iniciativa de dimitir pero a la vez rehuyó ratificar su confianza política en Hormaechea. "El presidente de Cantabria tiene que hacer", dijo, "una reflexión con motivo de una querella política, presentada entre otros por el PSOE. Y es una responsabilidad, y una decisión que le incumbe al presidente de Cantabria". "Yo espero, deseo y confío en que su decisión", agregó, "sea la mejor de las posibles y las convenientes para los ciudadanos cántabros". Aznar indicó que será Martín Villa quien presente una propuesta definitiva al comité ejecutivo y este órgano, el que tome una decisión política final.Tras una primera conversación mantenida al poco de llegar Hormaechea a Madrid, Martín Villa asntra el partido y el propio Gobierno cántabro

Presunción de inocencia

Rodolfo Martín Villa argumentó que es totalmente contrario a pedir la dimisión a Hormaechea por cuanto el procesamiento, por prevaricación y malversación de fondos, en que se encuentra sometido el presidente cántabro es una medida provisional, y porque la presunción de inocencia ampara también "al ciudadano Juan Hormaechea".Martín Villa fue el encargado de negociar el pasado verano la reconciliación de Hormaechea con el PP, a cambio del apoyo de este partido a su reelección como presidente autonómico. Este veterano político subrayó ayer, parajustificar también su oposición a que dimita Hormaechea, que el PP no puede permitir que por conflictos internos se produzcan escisiones del partido o divisiones de su electorado que benefician irreparablemente al PSOE.

Consciente de que su actitud puede encontrarse en minoría en el seno de su partido, si bien la ejecutiva nacional todavía no se ha pronunciado formalmente sobre el asunto, Martín Villa se apresuró a matizar que que no se identifique con la ética, la claridad y la bondad la tesis de la dimisión de Hormaechea y se asocie a falta de ética, claridad y bondad cualquier opinión diferente. En todo caso, su comportamiento marca una posición política muy fuerte, toda vez que desde el entorno de Aznar se transmitía ayer mismo el deseo del presidente del partido de que Hormaechea facilite el término de la crisis política con su renuncia a permanecer en el cargo. Ayer mismo, el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rodrigo Rato, reconocía que el procesamiento de Hormachea constituye "un sistema muy importante", que tiene un coste para el PP y la diputada Isabel Tocino, preguntada sobre el caso, advertía de y una "posible quiebra del sistema" ante la "escalada del tráfico de influencias, las corrupciones y las malversaciones de fondos".

Juan Hormaechea llegó ayer al aeropuerto de Madrid-Barajas procedente de Nueva York en el primer vuelo regular de Iberia, que aterrizó a las siete y cuarto de la mañana, informa Luz Sánchez-Mellado.