Las obras de prolongación del metro obligan a vallar parte de la Ciudad Universitaria

El recinto universitario de la Complutense se va a transformar en breve: su principal avenida será cerrada al tráfico y vallada. La prolongación del metro, que dentro de tres años llegará a Moncloa, y la construcción de un aparcamiento para 2.000 coches acelerarán un proyecto de reforma de la Ciudad Universitaria, que ganará en el futuro zonas peatonales y ajardinadas. Las incomodidades más inmediatas las van a sufrir los alumnos, ya que el tráfico será reconducido por nuevas vías, algunas ahora paralizadas por su incidencia medioambiental.

El primer impacto de estos proyectos se es...

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El recinto universitario de la Complutense se va a transformar en breve: su principal avenida será cerrada al tráfico y vallada. La prolongación del metro, que dentro de tres años llegará a Moncloa, y la construcción de un aparcamiento para 2.000 coches acelerarán un proyecto de reforma de la Ciudad Universitaria, que ganará en el futuro zonas peatonales y ajardinadas. Las incomodidades más inmediatas las van a sufrir los alumnos, ya que el tráfico será reconducido por nuevas vías, algunas ahora paralizadas por su incidencia medioambiental.

El primer impacto de estos proyectos se está dejando ya notar en la estética de la universidad. La plaza de Ramón y Cajal, rodeada por las facultades de Medicina, Farmacia y Estomatología, ha sido vallada. En un plazo aproximado de dos semanas comenzarán a replantarse sus árboles en otras zonas de Madrid y se iniciarán las excavaciones.Se calcula que en menos de dos meses será imposible la circulación de vehículos hacia estas facultades. También se cerrará al tráfico rodado la avenida de la Complutense, que es la calle que cruza el recinto universitario en su mitad, desde la plaza del Cardenal Cisneros hasta la glorieta final del Paraninfo.

Los responsables del Consorcio Ciudad Universitaria quieren aprovechar las incomodidades que causarán las obras de prolongación de la línea 6 del metro hasta Moncloa, que costarán 7.000 millones de pesetas y tardarán en hacerse tres años, para reordenar el tráfico de superficie en la universidad y concretar una mayor oferta de aparcamiento para vehículos.

Bajo la plaza de Ramón y Cajal se va a construir un aparcamiento de cinco plantas con capacidad para albergar 2.000 vehículos, 300 más que los que se dejan ahora en la superficie total del recinto universitario. Este subterráneo está presupuestado en 1.500 millones y será financiado entre el Ayuntamiento y la universidad.

Los técnicos estudian con cierto temor la invasión que pueda provocar una entrada a este aparcamiento desde la carretera de La Coruña (N-VI), ya que pretenden destinar las dos últimas plantas para estacionamiento disuasorio, aquellos situados en los accesos a las ciudades para que los usuarios dejen sus vehículos y utilicen el transporte público. Agustín Herrero, director general de Carreteras de la Comunidad, entiende que ha sido necesario hacer las obras del alargamiento del metro, unas cocheras y el aparcamiento, "a cielo abierto, para ganar tiempo y seguridad". Herrero lamenta, no obstante, que el Ayuntamiento todavía no haya otorgado la licencia de obras para este tramo, aunque espera que se firme en esta semana.

Los beneficiados

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El responsable técnico del proyecto, Leopoldo Arnaiz Eguren, arquitecto de la universidad, resta importancia a los efectos negativos de la obra y se centra en sus beneficios. Arnaiz entiende que los principales beneficiados serán los propios alumnos, ya que el metro llegará a más estaciones del recinto (frente a Medicina, en la plaza del Cardenal Cisneros, y a Moncloa, entre otras). Asimismo, se van a triplicar los jardines de toda la plaza de Ramón y Cajal, cuyo uso será exclusivo para peatones y será resuelta la actual carencia de aparcamientos.Los problemas para el tráfico tampoco se consideran excesivos, en opinión de Arnaiz. La imposibilidad de circular por la avenida de la Complutense y por la plaza de Ramón y Cajal durante los próximos tres años se paliará abriendo dos nuevas vías de circulación. Una de las calles alternativas, que pasará por detrás de Medicina, fue paralizada por el Ayuntamiento ante los destrozos que su construcción ocasionó en las inmediaciones del parque de la Virgen Blanca.

"La vía pasa por una zona de arbolado pequeño y de mala calidad, que no era utilizada por nadie y que estaba convertida en una escombrera", explica Arnaiz. El autor del proyecto no comprende cómo los vecinos y organizaciones ecologistas como Aedenat se pronuncian en contra de esta actuación.

Con cierto matiz autocrítico, el arquitecto recuerda que "el 40% de la superficie libre del recinto está ajardinada; no así el resto, que está abandonada y por lo que habría que hacer una remodelación completa".

"Nadie me ha pedido, pese a que me he ofrecido para ello, una explicación sobre cómo afectará el Plan Especial de Remodelación de la Ciudad Universitaria", se queja Arnaiz. Los vecinos, que organizaron una recogida de firmas para protestar contra el paso de uno de los desvíos circulatorios por el parque de la Virgen Blanca, arremeten ahora contra estos proyectos, "nada propios para un recinto universitario", según alegan los firmantes.

El otro acceso todavía tiene que perfilarse. La intención es que pase por detrás de la Escuela de Ingenieros Agrónomos, del pabellón donde se matriculan los alumnos y de la Facultad de Ciencias de la Información para enlazar con Caminos.

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