Escuadrilla de alcaldes

Ocho pilotos militares, candidatos a las elecciones municipales que se celebran hoy en Segovia

Del cielo, al Ayuntamiento. Bajar del cazabombardero F-18 para subir a la alcaldía. Con las alas de Ruiz-Mateos, ocho pilotos militares pueden ser elegidos hoy alcaldes y concejales en dos pequeños pueblos segovianos. El aterrizaje forzoso para huir la milicia ha provocado expectación en localidades donde nunca pasaba nada. Los aviadores prometen ocuparse de los problemas y los votantes han suavizado el recelo inicial hacia los forasteros.

"Entre una escuadrilla de vuelo y un Ayuntamiento hay cierta similitud. Somos gente acostumbrada a las responsabilidades y en los dos lados se ejerce...

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Del cielo, al Ayuntamiento. Bajar del cazabombardero F-18 para subir a la alcaldía. Con las alas de Ruiz-Mateos, ocho pilotos militares pueden ser elegidos hoy alcaldes y concejales en dos pequeños pueblos segovianos. El aterrizaje forzoso para huir la milicia ha provocado expectación en localidades donde nunca pasaba nada. Los aviadores prometen ocuparse de los problemas y los votantes han suavizado el recelo inicial hacia los forasteros.

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"Entre una escuadrilla de vuelo y un Ayuntamiento hay cierta similitud. Somos gente acostumbrada a las responsabilidades y en los dos lados se ejercen", coinciden los pilotos que acaban de llegar -y pinchar una rueda Garcillán. Es el viernes 1 de noviembre, fin de campaña electoral en este pueblo situado a 14 kilómetos de Segovia, en la Castilla de cereal y cielo ancho. La plaza se llena poco a poco. "¿Son ustedes los pilotos que vienen para el ayuntamiento?", pregunta Armindo. Su aspecto les delata: gafas de sol, cazadora y pelo corto. No ha habido tiempo para que crezca. El pasado 10 de septiembre, con la proclamación oficial de sus candidaturas, lograron el sueño acariciado: cesar en el servicio activo del Ejército del Aire. Top guns a la alcaldía un salto que permite dedicarse a la mejor pagada aviación civil.

Pilotos y vecinos charlan mientras esperan a José María Ruiz-Mateos, quien aparecerá a bordo de un Mercedes.

En el único bar de este pueblo que no llega a las 400 almas, el cabeza de la otra lista electoral, Andrés Vicente -secretario general del Partido Regionalista Castellano- recuerda las dificultades para hacer la candidatura, cerrada antes de conocer la competencia aérea. "Yo confío en el pueblo, pero puede pasar de todo", pronostica.

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"Me acordé de la 'mili'"

El rival regionalista acabará to mándose una cerveza con los aviadores. Los recelos se han suavizado: "Mejor defienden al pueblo los de aquí que los foras teros, pero si hacen algo, bienvenidos", apunta Tomás Escobar. El piloto cabeza de lista, comandante Antonio Javier García de la Calera, insiste públicamente: "Si me votan, me voy a preocupar muchísimo por el pueblo. Nadie bajo mi responsabilidad ha tenido algún problema".

Ruiz-Mateos, con la abeja pisándole la corbata, prodiga saludos y piropos -"¡qué aspecto tan sano tenéis todos!"- Ante unos 80 vecinos reunidos en el salón social elogia la belleza de las mujeres antes de proclamar: "Garcillán va a ser el pueblo de España que va a volar más alto".

La comitiva pone rumbo hacia Armuña, a once kilómetros. Aquí lo tienen más fácil: Los cuatro capitanes encabezan la lista única para poco más de 300 habitantes. "Si hubiéramos sabido que venían, nos habríamos puesto de acuerdo para presentarnos los del pueblo", afirma Roberto Sánchez, uno de los candidatos frustrados.

Los primeros intentos de boicoteo a los aviadores han dejado paso a la resignación e, incluso, a la esperanza. "Éstos vienen a resolverse su problema, pero si de paso hacen algo...", se escucha. "Cuando nos enteramos por la radio, me acordé de la mili y pensé: a éstos no se les va a poder ni hablar. A los dos días van a dimitir. Pero no. Parecen gente seria", confiesa el alcalde saliente, Ángel Fuentes. "Yo no me vuelvo a presentar, porque estoy harto de que los vecinos me tomen por el pito del sereno y hagan lo que les da la gana. Nos está bien empleado lo que nos pasa", concluye el ex edil del PP.

"Ruiz-Mateos podría resolvernos mucho, porque tiene dinero", aventura el alguacil, Santos Llorente. Pero el empresario y los pilotos tampoco hacen promesas concretas en el pueblo natal de la madre del ministro de Sanidad, Julián García Valverde. "Nuestra labor se va a resumir en gestionar los problemas que planteen los vecinos", afirma el candidato número uno, Julio Javier Prada. Alguno ya le llama "capitán alcalde".

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