El retorno de los mapuches

La comunidad india más numerosa de Chile ocupa sus tierras cuatro siglos después

Grupos de pequeñas comunidades rurales mapuches iniciaron, en vísperas de la celebración del 12 de octubre, ocupaciones de terrenos agrícolas en el sur del país, con el propósito de recuperar sus tierras ancestrales. Aunque las tomas, como son llamadas en Chile las ocupaciones ilegales de terrenos, por campesinos indígenas, muchos de ellos en la extrema miseria, no han sido violentas hasta el momento y la policía han podido desalojarlos sin dificultad, han provocado revuelo e inquietud en una sociedad como la chilena con conciencia culpable.

, La agitación mapuche coincide con la d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Grupos de pequeñas comunidades rurales mapuches iniciaron, en vísperas de la celebración del 12 de octubre, ocupaciones de terrenos agrícolas en el sur del país, con el propósito de recuperar sus tierras ancestrales. Aunque las tomas, como son llamadas en Chile las ocupaciones ilegales de terrenos, por campesinos indígenas, muchos de ellos en la extrema miseria, no han sido violentas hasta el momento y la policía han podido desalojarlos sin dificultad, han provocado revuelo e inquietud en una sociedad como la chilena con conciencia culpable.

, La agitación mapuche coincide con la discusión en el Parlamento de una nueva legislación indígena, propuesta por el Gobierno, para lograr una discriminación positiva a favor de las culturas indígenas que sobreviven en este país. La carencia de terrenos agrícolas aptos y la pobreza de los que aún conservan es la principal -pero no la única- fuente de los problemas de un pueblo cuyo nombre significa, en su lengua, el mapudungun, gente (che) de la tierra (mapu).En todos los casos, las ocupaciones fueron similares. Al amanecer, a pie, con las palas para remover las cercas, en grupos de hasta 100 personas, los descendientes de quienes tuvieron a raya durante tres siglos a los conquistadores españoles se instalan durante unas horas en algunas decenas de hectáreas de propietarios privados, en la llamada región de La Araucaria, 900 kilómetros al Sur de Santiago. El llamamiento a "recuperarlas tierras usurpadas", efectuado por el Consejo de Todas las Tierras, una de las ocho organizaciones mapuches, motivó las acciones.

3.000 comunidades

Al llegar la policía, los ocupantes se retiran o aceptan pasivamente su detención. Los indigenas enarbolan banderas mapuches. Aunque el método es rechazado por la mayoría de las organizaciones mapuches, los partidos y el Gobierno, casi todos coinciden en al justicia de la reivindicación indígena de la tierra.

Después de cuatro siglos, cesó la resistencia de mapuches a españoles, primero, y chilenos, después. En el proceso perdieron cerca del 90% del territorio que controlaban y quedaron restringidos a medio millón de hectáreas, generalmente de malos terrenos, aislados y lejos

de los centros urbanos, en los cuales viven dispersas unas 3.000 comunidades. La reforma agraria practicada en Chile desde 1966 hasta el golpe militar de 1973 les permitió recuperar parte de las tierras. El Gobierno estima que en Chile viven entre 700.000 y un millón de indígenas, la mayor parte de los cuales son mapuches.

La dictadura invirtió la reforma agraria, negó la existencia de pueblos indígenas con una cultura propia y procuró dividir las comunidades mapuches, otorgando 70.000 títulos individuales de propiedad de tierras. Aunque prohibió la venta de estas tierras hasta dos décadas después de su división, no impidió en cambio un traspaso encubierto, a través de un alquiler por hasta 99 años.

El diario Mercurio publicó el caso del lonko (jefe) de la comunidad Huaiquialo Morales, José Soto, que arrendó sus 27 hectáreas por 88 años. A cambio recibe quintal y medio de trigo anual por hectárea, en una zona donde cada hectárea produce unos 50 quintales.

Pese a la división, la mayoría de las comunidades mantuvo su forma de vida tradiciónal, con terrenos compartidos y otros de cada familia. El aumento de la población y la extrema pobreza en que se debate su economía de autosubsistencia, junto con el final del régimen militar, han dado mayor fuerza a la petición por la tierra.

Poco después del comienzo de las ocupaciones ilegales, el Gobierno propuso al Parlamento una reforma constitucional para reconocer la existencia de las culturas indígenas. El proyecto será debatido durante el año del quinto centenario. La iniciativa legal, que despertó el rechazo de una derecha inspirada en la idea integracionista,será complementada con una ley para proteger, fomentar y desarrollar los pueblos indígenas, basada en el principio de la discriminación positiva.

Este último proyecto contempla, entre otras medidas, dar personalidad jurídica a las comunidades, proteger sus tierras, una educación bilingüe y crea una corporación de desarrollo indígena. Estas iniciativas cuentan con el respaldo de la mayoría de las organizaciones indígenas. Entre tanto, las tomas, pese a suscitar rechazo, han estimulado la controversia sobre la situación de los mapuches.

Archivado En