Rescatado sin vida el minero sepultado en un pozo de Hunosa en Asturias

El ayudante minero José Luis Caballero Garrote fue rescatado sin vida a las 10 de la mañana de ayer, 45 horas después de quedar sepultado bajo unas 300 toneladas de carbón, tierra y madera cuando trabajaba a 500 metros de profundidad en el pozo Sotón, de la empresa estatal Hunosa. Este fallecimiento eleva a siete el número de víctimas mortales en la minería asturiana en lo que va de año, cuatro de ellas en ese mismo pozo.José Luis Caballero Garrote, de 29 años, casado, padre de una hija y vecino de Sotrondio, en el valle del Nalón, fue alcanzado por un derrabe de carbón a la una de la tarde de...

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El ayudante minero José Luis Caballero Garrote fue rescatado sin vida a las 10 de la mañana de ayer, 45 horas después de quedar sepultado bajo unas 300 toneladas de carbón, tierra y madera cuando trabajaba a 500 metros de profundidad en el pozo Sotón, de la empresa estatal Hunosa. Este fallecimiento eleva a siete el número de víctimas mortales en la minería asturiana en lo que va de año, cuatro de ellas en ese mismo pozo.José Luis Caballero Garrote, de 29 años, casado, padre de una hija y vecino de Sotrondio, en el valle del Nalón, fue alcanzado por un derrabe de carbón a la una de la tarde del viernes. El accidente se produjo por una quiebra ocurrida en el taller Lozanita, en el que Caballero se encontraba trabajando en compañía del picador José Vaz Monteiro, quien logró ponerse a salvo "por reflejos y un arrebato de decisión", según declaró a los periodistas horas después. "Me dije que, ya de morir, mejor perder la vida intentando como fuera salir al exterior", añadió.

El derrabe alcanzó al trabajador fallecido cuando se dirigía a otra planta del pozo, una vez que acababa de postear una serie con Vaz Monteiro. Desde el primer momento, los compañeros del trabajador fallecido fueron muy pesimistas sobre la posibilidad de rescatarle con vida.

Los trabajos de salvamento, que se prolongaron de modo ininterrumpido durante 45 horas, se desarrollaron con gran dificultad y riesgo para los equipos de rescate, formados por grupos de 15 personas que se relevaban cada cuatro horas.

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