Cartas al director

Drogas, racismo, justicieros...

Estamos asistiendo últimamente a brotes que han dejado de ser esporádicos para convertirse en actitudes generalizadas de un tipo de inquisición que nos demuestran hasta qué punto el ser humano deja mucho que desear como especie animal racional.En nuestro país siempre ha existido racismo, y no reconocerlo es ser hipócritas. Nuestra auténtica minoría étnica, los gitanos, una raza tan respetable como tantas que pueblan nuestro planeta, ha sido perseguida y maltratada por doquier en toda la geografía peninsular.

Hechos hay que lo confirman, pero nuestra incapacidad de comprensión hac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Estamos asistiendo últimamente a brotes que han dejado de ser esporádicos para convertirse en actitudes generalizadas de un tipo de inquisición que nos demuestran hasta qué punto el ser humano deja mucho que desear como especie animal racional.En nuestro país siempre ha existido racismo, y no reconocerlo es ser hipócritas. Nuestra auténtica minoría étnica, los gitanos, una raza tan respetable como tantas que pueblan nuestro planeta, ha sido perseguida y maltratada por doquier en toda la geografía peninsular.

Hechos hay que lo confirman, pero nuestra incapacidad de comprensión hacia otras culturas nos ha dejado un amargo recuerdo en la historia pasada y reciente de nuestro Estado plurinacional.

El racismo se funda en la incultura y la irracionalidad de una mayoría, en no aprender a respetar los valores culturales y humanos de las minorías étnicas, en no querer aprender a convivir en la diversidad.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Conozco una familia gitana que vive en sus chabolas con tanta dignidad como cualquiera que viva en el centro de San Sebastián: Son varios los años que lleva viviendo en ese lugar, rodeados de algunos árboles, matorra-

Pasa a la página siguiente

Archivado En