El Ejército yugoslayo y los croatas pactan el cese de hostilidades

/ Belgrado Las armas callaron ayer en la mayor parte del territorio de Croacia después de que el presidente de esa república secesionista, Franjo Tudjman, y el ministro federal de Defensa, general Veljko Kadijevic, anunciasen el cese total de hostilidades. El acuerdo se produjo pocas horas después de que el Ejército anunciara que se disponía a lanzar una ofensiva general para forzar el desbloqueo de todas sus instalaciones en Croacia, lo que suponía el comienzo de la guerra total.

Diez horas después de entrar en vigor el nuevo alto el fuego, el quinto desde los acuerdos de Brioni del pa...

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/ Belgrado Las armas callaron ayer en la mayor parte del territorio de Croacia después de que el presidente de esa república secesionista, Franjo Tudjman, y el ministro federal de Defensa, general Veljko Kadijevic, anunciasen el cese total de hostilidades. El acuerdo se produjo pocas horas después de que el Ejército anunciara que se disponía a lanzar una ofensiva general para forzar el desbloqueo de todas sus instalaciones en Croacia, lo que suponía el comienzo de la guerra total.

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Diez horas después de entrar en vigor el nuevo alto el fuego, el quinto desde los acuerdos de Brioni del pasado 7 de julio, las informaciones procedentes de los distintos frentes de batalla indicaban que, salvo escaramuzas aisladas, los combates habían disminuido significativamente. Sin embargo, según el ministro de Defensa yugoslavo, Veljko Kadijevic, se habían registrado 11 violaciones de la tregua, por lo que exhortó al presidente de Croacia, Franjo Tudjman, que sus fuerzas cumplieran estrictamente lo pactado. La radio croata también denunció algunas violaciones del alto el fuego.

Kadijevic había ordenado previamente "a todos los comandos, unidades e instituciones de las Fuerzas Armadas yugoslavas en el territorio de Croacia" parar a las tres de la tarde "todos los ataques, movimientos y asegurar un absoluto alto el fuego". A las 11.50 de ayer, precisa el comunicado del Ministerio de Defensa, se había llegado a un acuerdo con la república de Croacia para anunciar el alto el fuego, según se había estipulado la semana pasada en presencia del diplomático británico lord Carrington, que representaba a la CE.

Esta orden llegó un día después de la más dura declaración del ministro de Defensa, que acusó al presidente yugoslavo, el croata Stipe Mesic, de ser el creador de un Gobierno fascista en Zagreb y advirtió que la guerra generalizada se acercaba a Yugoslavia.

Tudjman considera que el acuerdo es una victoria de las fuerzas de Croacia

El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, consideró ayer como una victoria propia el alto el fuego acordado con el ministro federal de Defensa, Veljko Kadijevic. En una entrevista concedida a la televisión croata a última hora de la tarde, Tudjman dijo que el acuerdo es el resultadode los éxitos militares alcanzados en los últimos días por las fuerzas croatas y del apoyo y la disposición de la comunidad internacional a reconocer la independencia de Croacia.

Tras rendir homenaje "al coraje de los combatientes de la Guardia Nacional croata", especialmente en la defensa de la ciudad de Vukovar, a la que calificó de nuevo Stalingrado, el líder croata aseguró que Ia paz va a perdurar, ya que Serbia y el Ejército han comprendido que Croacia es capaz de defenderse por sí misma". Tudjman aludió a la existencia de provocadores en los dos bandos en conflicto, "que quieren continuar la guerra", pero aseguró que pronto estarán bajo control.Zagreb, con luz

A pesar de las mutuas acusaciones de violar el acuerdo, la Marina de guerra inició el desbloqueo del puerto de Split, en la costa dálmata, y en Zagreb las luces de la ciudad se encendieron de nuevo anoche tras casi una semana de oscuridad por temor a un ataque aéreo. Son síntomas de que esta vez la tregua puede ser algo más que una palabra.

El acuerdo de alto el fuego se alcanzó después de tres días de intercambios de mensajes y una conversación telefónica final entre Tudjman y Kadijevic, tras la cual ambos mandatarios ordenaron a todas las fuerzas armadas bajo su mando el alto el fuego absoluto. El acuerdo incluye, por parte croata, el restablecimiento de los suministros de agua, luz, alimentos y medicinas a todas las guarniciones del Ejército en territorio de Croacia.

Ambas partes se comprometen, tras la aplicación del acuerdo, a proseguir las negociaciones para el cumplimiento de lo establecido en el acuerdo de Igalo del 17 de septiembre, firmado por los presidentes de Croacia y Serbia, el ministro de Defensa y Lord Carrington.

Los enfrentamientos en tomo al cuartel de Borongaj, en Zagreb, cesaron cinco minutos antes de las tres de la tarde. Tres horas después reinaba una gran tensión entre las fuerzas croatas que rodean las instalaciones militares. Reconocían que habían recibido la orden de no disparar, pero no parecían en absoluto decididas a abandonar sus posiciones. Hacia las seis de la tarde dos ambulancias del Ejército abandonaban el recinto militar con dos soldados heridos.

El acuerdo de ayer se alcanzó un día después de que el general Kadijevic anunciara en un durísimo comunicado un ataque decisivo del Ejército en Croacia para lograr el desbloqueo de los cuarteles. Las tropas federales aprovecharon las últimas horas precedentes al alto el fuego para ganar posiciones y desplegar las columnas de refresco enviadas desde Serbia y Bosnia.

El mejor ejemplo de esa táctica lo constituye la ciudad de Petrinja, a unos 60 kilómetros al sur de Zagreb, que tras una feroz batalla que duró toda la noche de ayer ha caído en poder del Ejército y de sus fuerzas aliadas serbias. Petrinja es un punto estratégico, ya que es la última población montañosa antes de llegar al llano que conduce directamente a Zagreb.

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