Angustia y depresión en la cumbre

Directores de empresa y ejecutivos, presa fácil para los trastornos psicopatológicos

Trabajar es su meta; triunfar, su objetivo. Tienen el tiempo tan escaso que no les da para nada, para nadie. No hay familia, amigos ni hijos; sólo trabajo, decisiones que se acumulan, se atropellan hasta formar un círculo tenaz. La solución pendiente se convierte entonces en una obsesión que va horadando la mente hasta convertirla en un nudo de neuronas. Llegados a ese punto, los directivos se ven abocados a la angustia y la depresión, un fenómeno cada vez más común a juzgar por la opinión de los especialistas en los secretos del alma humana.

"Me quedé vacía. Perdí completamente mi iden...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Trabajar es su meta; triunfar, su objetivo. Tienen el tiempo tan escaso que no les da para nada, para nadie. No hay familia, amigos ni hijos; sólo trabajo, decisiones que se acumulan, se atropellan hasta formar un círculo tenaz. La solución pendiente se convierte entonces en una obsesión que va horadando la mente hasta convertirla en un nudo de neuronas. Llegados a ese punto, los directivos se ven abocados a la angustia y la depresión, un fenómeno cada vez más común a juzgar por la opinión de los especialistas en los secretos del alma humana.

Más información

"Me quedé vacía. Perdí completamente mi identidad, dejándola en la empresa", explica Teresa P. recordando la crisis pasada hace cuatro años. Des empeñaba entonces el segundo puesto en el escalafón de una empresa dedicada a la formación técnica de ejecutivos y cuadros medios. Un trabajo al que le otorga "la misma responsabilidad que cuando se tiene familia numerosa. Hay quien tiene fuerza para soportarlo y hay quien no. En mi caso, 15 años en ese papel me agotó".Junto a la larga permanencia en el cargo, Teresa, con 43 anos, cree que llegó a ese colapso personal porque "le dedicas tanto tiempo a la empresa -que llegas a sentirte parte de ella. Crees que eres imprescindible, y claro, eso es mentira. Llega un momento en que debes asumir que eres un individuo y nada más. Hay algo que a mí ahora me resulta patético verlo en -los demás, pero me imagino que yo antes lo hacía igual: es eso de estar con los amigos y no dejar de hablar del trabajo".

Romper ese proceso y marcar la línea divisoria entre la vida personal y la profesional es la clave principal para cerrar puertas a la angustia que precede a la depresión. "Si se trabaja muchas horas y además en casa seguimos pensando en el trabajo, estamos abocados sin remedio a un nivel de estrés elevado", afirma el psiquiatra Aquilino Polaino: -

Pero, curiosamente, los ejecutivos hacen gala de su estrés. Alardean de que "mañana, sin falta, tienen que... El domingo en casa no paran de contar a otros y a sí mismos lo mucho que deben hacer: el lunes tienen una reunión; el martes, viajar a... Se ponen ellos mismos en una ansiedad que les impide resolver el trabajo. No hay que dramatizar las situaciones, y ante todo tratar de evitar que nos encontremos físicamente en un sitio y con la cabeza en otro. Podemos equivocarnos al tomar una decisión, pero, en ocasiones, la clave no está en la decisión en sí, sino en intentar que salga bien", explica este especialista de la salud laboral.

Difícil de vivir

Otro ingrediente en la receta para prevenir la crisis consiste en tener una actitud racional frente a las frustraciones, aunque esto no siempre es fácil.

"Lo que yo pasé resulta muy fácil de contar, pero muy dificil de vivir. Los compañeros de la empresa me veían confusa . Después he hablado con algunos de ellos, y, es curioso, pero dicen que también les gustaría salirse. La empresa se nutre de los seres humanos, los va comiendo hasta que los devora. En algunos casos se acaba en el psiquiatra, pero lo general es que no se sale de esa situación afirma Teresa.

"Los proyectos de vida deben contar tanto con nuestras limitaciones como con los imprevistos que surgen cada día. Que exista una carretera para ir de Madrid a Barcelona no quiere decir que tengamos que llegar hasta allí. Es necesario hacer un reparto proporcional del tiempo: dejar espacio para la familia, practicar algún deporte. Un día nos morimos y vemos que no hemos aprovechado el tiempo. La frustración es un sustrato. que favorece la depresión" afirma Javier de las Heras, psiquiatra y médico de empresa. Para él, este profesional desempeña un papel muy importante. "Debe tener una relación de confianza con la gente que le permita ver cuándo una persona tiene un nivel de estrés insoportable", señala. Aún no hay estadísticas que evalúen la incidencia de estas patologías, pero empieza a encontrarse una relación entre el aumento de los accidentes laborales y los trastornos psicológicos. "Hay accidentes de tráfico que, en realidad, esconden un suicidio. Hay, además, un consumo de estimulantes entre los ejecutivos directivos muy alto; generalmente mezclan alcohol con anfetaminas. Algunos, cuando vienen a la consulta reconocen también que toman cocaína. Otros toman psicofármacos para la ansiedad o la fobia que sienten ante el avión", dice De las Heras. Una cosa es cierta: el detonante es el estrés, pero el origen del con flicto puede encontrarse tanto en la forma como tiene estruc turada el individuo la persona lidad como en los métodos que utilizan las empresas para seleccionar su personal.

Mal seleccionados

"Entre los directivos españoles predomina un tipo de persona dubitativa, que no se atreve a tomar decisiones y tiene la empresa parada durante meses, o incluso años", continúa Aquilino Polaino. "Esto se debe a que con frecuencia se promociona para los puestos directivos a las personas que nos son afines, sin reparar en si están capacitadas para ese puesto. Se premia la fidelidad sin ver si tendrán un buen directivo, y de paso pierden un buen profesional". Esta situación se da con especial frecuencia en las pequeñas y medianas empresas -mayoritarias en Espafia- en las que el director es el propio dueño de la entidad. Cuando se jubila busca para sustituirle a un familiar.

En efecto, Teresa recuerda que llegó a directiva "por casualidad. Yo coordinaba un grupo de redactores de una editoral y un amigo muy cercano montó una empresa orientada a enseñar de forma muy divulgativa métodos de gestión. Al principio, por ayudar un poco, me hice cargo de algunas tareas que me parecían, a nivel personal, satisfactorias. Me inspiraba mucha curiosidad el mundo de la empresa y de los ejecutivos. Representan una franja de la sociedad que se hace oír más. Son más ruidosos. Salen en la prensa y la televisión. Después, cogí responsabilidades sin darme cuenta".

En el polo opuesto al ejecutivo dubitativo está aquel que, en una de las fases de euforia típica de algunas depresiones, acomete inversiones desproporcionadas y se arruina", apunta Isabel Neyra, responsable del departamento de psicología laboral en la mutua Castilla. Es frecuente también él obsesivo. "Éste puede ser un ejecutivo bueno, aunque más que directivo es el prototipo de segundo ", afirma De las Heras. "Un directivo detrás de la mesa de su despacho es un hombre grande; delante, es un hombre pequefio", concluye Polaino.

Archivado En