¿El último motín de Aranjuez?

"No más motines. Pero, si hacen falta, por favor llamadme. ¡Viva Aranjuez y la madre que la parió!". José Luis Coll, amotinado mayor, arengó ayer a las 7.000 personas que iban a presenciar la representación del motín de Aranjuez. Pero en esta edición el alzamiento ha rozado la realidad. Los 200 actores que desde hace 10 añ os escenifican este episodio nacional de 1808 están amotinados de verdad por los rumores que han sacudido el pueblo sobre la posible desaparición de las fiestas, declaradas de interés turístico. Este año ya ha sido suspendida la corrida goyesca por motivos económi...

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"No más motines. Pero, si hacen falta, por favor llamadme. ¡Viva Aranjuez y la madre que la parió!". José Luis Coll, amotinado mayor, arengó ayer a las 7.000 personas que iban a presenciar la representación del motín de Aranjuez. Pero en esta edición el alzamiento ha rozado la realidad. Los 200 actores que desde hace 10 añ os escenifican este episodio nacional de 1808 están amotinados de verdad por los rumores que han sacudido el pueblo sobre la posible desaparición de las fiestas, declaradas de interés turístico. Este año ya ha sido suspendida la corrida goyesca por motivos económicos.

En la escenificación, cuya trama se basa en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, cerca de 200 ribereños volvieron a atrapar un acontecimiento único en su historia, como lo vienenhaciendo desde hace 10 años. Durante unas horas, José Carlos Martínez dejó las leyes y los juzgados para ser apresado como Manuel Godoy (1767-1851), el valido de Carlos IV.

Encarna Blanco, de 70 años y decana de los actores de Aranjuez, también se alzó en armas. Encarna es la encargada de fabricar todos los años el pelele que representa al primer ministro de Carlos IV para que sea zarandeado y quemado por los ribereños.

Ángel Zato dejó por una noche su trabajo de panadero para sentarse en un trono. Era Carlos IV. Breve reinado el suyo, ya que a las pocas horas tuvo que abdicar en Fernando VII, que desde el balcón principal del palacio real despidió el acto con el -amados vasallos míos, hasta el año que viene". "A ver si es verdad", murmuraron muchos ribereños.

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