Cartas al director

'Balones fuera'

Ya llevamos más de dos meses sin poder desayunar en la plaza del Dos de Mayo, donde el quiosco Antonia sigue cerrado a cal y canto por culpa de unos funcionarios que decidieron eliminar "temporalmente" este pedazo de auténtica cultura madrileña. A los propietarios -honradísimos cl tidadanos que llevan casi medio siglo al frente de su negocio y que no tienen rnás que amistades entre la vecindad- se les intenta acusar de ser parte interesada en un deplorable tráfico que ha puesto tan mala euqueta a nuestro barrio, y del cual somos todos víctimas, ellos desde luego más ique nadie.La verdad es que...

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Ya llevamos más de dos meses sin poder desayunar en la plaza del Dos de Mayo, donde el quiosco Antonia sigue cerrado a cal y canto por culpa de unos funcionarios que decidieron eliminar "temporalmente" este pedazo de auténtica cultura madrileña. A los propietarios -honradísimos cl tidadanos que llevan casi medio siglo al frente de su negocio y que no tienen rnás que amistades entre la vecindad- se les intenta acusar de ser parte interesada en un deplorable tráfico que ha puesto tan mala euqueta a nuestro barrio, y del cual somos todos víctimas, ellos desde luego más ique nadie.La verdad es que los agentes de seguridad, que huyeron de Malasaña mucho antes de la llegada de los tristes camellos dejando atrás una comisaría que hoy en día es una ruina, han hecho oídos sordos a toda instancia para lograr una vigilancia permanente y eficaz en la zona. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento ha preferido, si no ignorar el problema, por lo menos renunciara buscar una solución.

Y esta nefasta política de balones fuera sigue. Todaa las gestiones a favor de las familias directarnente afectadas, que, paralizadas durante toda la temporada veraniega, se ven ahora en tina situación arigustiosa debido a la miopía municipal, han resultado inútiles. El quiosco cerrado parece un símbolo de lo que nunca fue. Y así Madrid, ciudad que antaño tenía su indudable encanto, va perdiendo poco a poco ambiente y personalidad. Cada relevo en la alcaldía parece empeorar la situación. Siguiendo de esta manera, ¿cómo se podrá justificar el honor de ser nada menos que la futura capital de la cultura curopea? Detrás de una fachada que deja mucho que desear se escenden verdaderos abusos cometidos por funcionarios caprichosos e ineptos, o simplemente malos, al estilo del señor Matanzo.-

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