Cartas al director

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Por verificar lo que sobre aquellas tierras suele publicarse, nos fuimos hace unas semanas a Cuba. Como turistas libres de un país libre, reservamos únicamente pasajes y hoteles, como solemos hacer en nuestros viajes por España o el extranjero.Sobre Id que vimos, por ejemplo, paseando por las calles de La Habana o Santiago de Cuba, podríamos escribir mucho, aunque no sería muy diferente de lo que se puede contar sobre Ainsterdam, Madrid o Soria (excluyendo droga, prostitución o violencia en general; ¡casi nada!).

Sí nos gustaría, desde nuestra humilde y reciente experiencia (volvimos el...

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Por verificar lo que sobre aquellas tierras suele publicarse, nos fuimos hace unas semanas a Cuba. Como turistas libres de un país libre, reservamos únicamente pasajes y hoteles, como solemos hacer en nuestros viajes por España o el extranjero.Sobre Id que vimos, por ejemplo, paseando por las calles de La Habana o Santiago de Cuba, podríamos escribir mucho, aunque no sería muy diferente de lo que se puede contar sobre Ainsterdam, Madrid o Soria (excluyendo droga, prostitución o violencia en general; ¡casi nada!).

Sí nos gustaría, desde nuestra humilde y reciente experiencia (volvimos el día 23 de julio), contribuir a esclarecer lo que consideramos un pequeño error en el artículo que sobre el restaurante Floridita se publicó en la última página de su diario del pasado 7 de agosto, donde se decía que era "... para exclusivo uso y disfrute de turistas".

En este famoso bar-restaurante, donde comimos el día 14 de julio, es cierto que no pueden entrar los cubanos... si no han reservado mesa previamente. Como suele ocurrir aquí.

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A nosotros, en nuestro libre país, nos resulta difícil comer en restaurantes de lujo y se nos ha negado la entrada en discotecas de moda alegando esotéricas razones. No creemos que, siendo esto cierto, los periódicos de Cuba lo comenten.

En cualquier caso, aunque los cubanos no pudieran entrar en el Floridita, entendemos que se debería tener cuidado de no juzgar la libertad de todo un pueblo por el hecho de que una minoría acomodada pueda permitirse el lujo de ir a comer a un restaurante muy caro. Como suele ocurrir aquí-

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