Tribuna:EL DEBATE SOBRE EL NIVEL DE GASTOS MILITARES

Ni 2, ni 2,3

[PU] El propósito del Ministerio de Defensa de elevar su presupuesto hasta el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) supondrá situar el gasto militar español en el 2,3% del PIB, según el autor, que considera incomprensible y anacrónica esta decisión.

El pasado 23 de abril, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, manifestaba ante la Comisión de Defensa del Congreso que los gastos militares españoles deberían aumentar en los próximos años hasta alcanzar un cuota situada entre el 1,8% y el 2,0% del producto interior bruto (PIB), frente al 1,57% actual. Meses atrás, el 19 de octubre, el...

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[PU] El propósito del Ministerio de Defensa de elevar su presupuesto hasta el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) supondrá situar el gasto militar español en el 2,3% del PIB, según el autor, que considera incomprensible y anacrónica esta decisión.

El pasado 23 de abril, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, manifestaba ante la Comisión de Defensa del Congreso que los gastos militares españoles deberían aumentar en los próximos años hasta alcanzar un cuota situada entre el 1,8% y el 2,0% del producto interior bruto (PIB), frente al 1,57% actual. Meses atrás, el 19 de octubre, el anterior ministro del ramo, Narcís Serra, presentaba al Consejo de Ministros un informe en el que recomendaba también elevar los presupuestos de Defensa hasta el 2% del PIB, procentaje que parece convertirse en un objetivo a medio plazo en la política presupuestaria del ministerio.Desde el inicio de la democracia, los presupuestos del Ministerio de Defensa han estado sujetos a polémica en cuanto a su cuantía y método de elaboración, dada divergencia de criterios para determinar su composición. Por ejemplo, el Ministerio de Defensa contempla como presupuestos militares aquellos que se consignan exclusivamente en su ministerio (870.434 millones en 1990 y 858.091 en 1991), sin contabilizar gastos militares que se encauzan a través de otros ministerios, en clases pasivas o en organismos autónomos. Este criterio, estrecho y limitado, de lo que son los gastos militares explica que el porcentaje de éstos sobre el PIB sea siempre pequeño (1,74% en 1990 y 1,57% en 1991), y menor que el porcentaje mostrado por otras fuentes.

Para la OTAN, en cambio, el criterio es diferente, puesto que contabiliza como gastos militares varias partidas que en los Presupuestos Generales del Estado español figuran fuera del Ministerio de Defensa. Aunque pueda sorprender, los presupuestos militares que difunden la OTAN y el Gobierno español son diferentes y, por tanto, no homologables. Para la OTAN, el gasto de defensa español fue de 920.381 millones de pesetas en 1989, y de 973.440 millones de pesetas en 1990, lo que supuso el 2,0% del PIB en ambos años. Estas cantidades son 102.468 y 103.006 millones superiores a las facilitadas por Defensa respecto a 1989 y 1990, y suponen aumentos anuales del orden del 12%.

"Presupuesto global"

El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), a través de su publicación anual Military Balance, asigna a España un gasto militar de 917.500 millones de pesetas para 1989 (7.750 millones de dólares), lo que significa el 2,1% del PIB. El IISS aplica el criterio OTAN, de ahí que sus números coincidan básicamente y que para 1989 aplique una cifra superior en 100.000 millones de pesetas a la facilitada por el Ministerio de Defensa.

La Agencia de Desarme y Control de Armamentos (ACDA) del Gobierno de Estados Unidos, a través de su anuario World Military Expenditures and Arms Transfers (WMEAT), adjudica a España un gasto militar de 7.171 millones de dólares para 1988, esto es, 835.353 millones de pesetas. Esta cantidad refleja también el criterio OTAN, que en 1988 representaba una cifra 73.292 millones superior a la reflejada por Defensa (+9,6%), y suponía el 2, 1 % del PIB.

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El Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI), de Estocolmo, en su anual SIPRI Yearbook, atribuye a España un gasto militar de 920.381 millones de pesetas en 1989, el mismo que la OTAN, y, por tanto, un porcentaje sobre el PIB del 2,0%. Otros institutos, como el Centro de Investigación para la Paz (CIP), contabilizan como gastos de defensa todas las partidas relacionadas con la actividad militar, añadiendo al presupuesto del ministerio (817.913 millones de pesetas para 1989, 870.434 para 1990 y 858.091 para 1991) lo asignado a la Guardia Civil (Interior), clases pasivas milita res, contribución a la OTAN y UEO (Exteriores), objetores de conciencia (Justicia) y organismos autónomos dependientes de Defensa o la Guardia Civil.

Este "presupuesto global" de defensa alcanza 1.231.104 millones de pesetas para 1989 1.326.840 para 1990 y 1.386.676 para 1991, cifras superiores a la de Defensa en más de un 50% para los citados años. Este presupuesto supone el 2,74%, 2,65% y 2,51% del PIB, respectivamente, en los mencionados años.

12,7 billones en diez años

Cuando el ministro de Defensa expone su intención de aumentar los gastos del departamento hasta el 2,0% del PIB, se refiere a la voluntad gubernamental de situarlos en una cifra equivalente a 1.093.109 millones de pesetas para 1991; es decir, 235.000 millones de pesetas superiores a los actuales. Cuando España alcance este nivel de gastos, en términos de la OTAN, gastará en realidad el 2,3% del PIB, porcentaje superior al que actualmente tienen países como Dinamarca, Italia, Luxemburgo y Canadá.

Sorprende además que, en una época en que la mayoría de los países disminuyen sus presupuestos militares, España decida aumentarlos. En el trienio 1987-1990, los países europeos de la OTAN han disminuido sus gastos militares del 3,4% al 3,0% de su PIB. A excepción de Turquía, todos los países de la OTAN han disminuido este porcentaje.

A precios constantes, en el decenio 1982-1991, España ya ha dedicado 12,7 billones de pesetas para mantener sus actividades militares, ya sea desde el Ministerio de Defensa o desde otros organismos de carácter militar, en momentos en los que las necesidades sociales no satisfechas son todavía importantes y necesitan de importantes recursos.

En su comparecencia ante el Congreso, el ministro de Defensa señaló que el equilibrio que se busca en Europa "se decanta hacia menores niveles de dotación armamentista". Desde esta perspectiva, lo razonable y coherente sería disminuir los potenciales bélicos y reducir los presupuestos militares, trasvasando esos recursos a actividades de utilidad social y a la defensa del medio ecológico, objetivos sin duda mucho más loables y necesarios que satisfacer el incomprensible y anacrónico deseo ministerial de situar los gastos militares españoles en una mejor posición en la clasificación europea.

Vicenç Fisas es investigador sobre desarme del Centro Unesco de Cataluña y miembro del CIP.

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