El fiscal pide 300 años de cárcel para los atracadores de una empresa de autobuses

El fiscal pide más de cien años de cárcel para cada uno de los tres individuos que, el 3 de marzo de 1989, la emprendieron a tiros contra los empleados de la empresa de autobuses Bosque, de Getafe. En el tiroteo falleció el chófer Antonio Guisado García, padre de seis hijos, y resultaron heridos muy graves otros tres conductores y un niño. Los acusados pretendían robar las nóminas.

El juicio se inició el pasado jueves en la Sección 15ª de la Audiencia Provincial de Madrid. La ausencia de varios testigos considerados cruciales motivó su suspensión hasta el próximo día 12. Los disparo...

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El fiscal pide más de cien años de cárcel para cada uno de los tres individuos que, el 3 de marzo de 1989, la emprendieron a tiros contra los empleados de la empresa de autobuses Bosque, de Getafe. En el tiroteo falleció el chófer Antonio Guisado García, padre de seis hijos, y resultaron heridos muy graves otros tres conductores y un niño. Los acusados pretendían robar las nóminas.

El juicio se inició el pasado jueves en la Sección 15ª de la Audiencia Provincial de Madrid. La ausencia de varios testigos considerados cruciales motivó su suspensión hasta el próximo día 12. Los disparos se sucedieron cuando los atracadores mantenían tumbados sobre el suelo, a punta de pistola, a cinco empleados y uno de estos trabajadores aprovechó un descuido de los asaltantes para golpear a uno de ellos con un hierro en la cabeza. Los acusados, todos ellos con un amplio historial delictivo, son Miguel Murillo Sánchez, Leopoldo Iglesias Vilorta y José Campos Pérez.También está procesada, aunque no intervino en el tiroteo, María José Sansegundo, ex novia de Murillo. El Fiscal sostiene que esta mujer incurrió en un delito al no denunciar, pese a tener conocimiento de ello, las intenciones de su novio y de los otros dos encausados. Por ello, el fiscal pide para ella una pena de tres meses de cárcel.

"¡Quiero justicia!"

"Quiero que se haga justicia, nada más", señaló, durante el curso del juicio, Margarita Barea González, viuda del conductor Antonio Guisado, muerto por un impacto de bala en la cabeza y otro en el estómago."La policía me dijo que mi marido había sufrido un accidente y que estaba ingresado en el hospital Doce de Octubre", evoca la viuda; "pensé, al principio, que había tenido algún percance con el autobús,- sin embargo, cuando llegué ya estaba muerto, pero a tiros".

Sólo hay constancia inequívoca de la intervención de Miguel Murillo en el atraco, pues quedó tendido en el suelo tras recibir el golpe con el hierro que desencadenó el indiscriminado tiroteo. No obstante, el Fiscal sostiene en sus conclusiones provisionales que los otros dos atracadores -se dieron a la fuga y llevaban el rostro cubierto con pasamontañas- fueron José Campos y Leopoldo Iglesias.

El fiscal dispone de unas cintas grabadas en las que María José Sansegundo, en una conversación confidencial con Miguel Murillo, desvela la identidad de los otros dos asaltantes. Todos ellos están encarcelados ahora en Carabanchel por éste y otros delitos.

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En la parte del juicio ya celebrada, María Sansegundo se retractó de sus declaraciones anteriores -"entones era toxicómana y no sabía lo que decía", confesó- y exculpó a Leopoldo Iglesias y a José Sánchez.

El fiscal cree que María Sansegundo se ha retractado de sus anteriores declaraciones amedrentada por las amenazas que ha estado recibiendo de familiares de los acusados.

Los abogados defensores de Iglesias y Sánchez argumentan, por su parte, que ninguno de los dos intervino en el robo. De hecho, Miguel Muríllo aseguró al tribunal que sus acompañantes eran dos personas de las que sólo conoce sus nombres: Juan Gutiérrez Benítez y Emilio García de la Fuente. El acusador público cree que se trata de nombres ficticios.

En el tiroteo resultaron heridos los hermanos Rafael y Miguel Ángel Bosque, propietarios de la empresa de autobuses, y el encargado de ésta, Manuel Díaz Carvajal. "Todos hemos estado muy graves por los tiros", señaló Díaz Carvajal.

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