El 2% de los accidentados en carretera tiene problemas de visión

Las últimas estadísticas de la Dirección General de Tráfico, referidas a 1989, revelan que casi el 2% de los accidentados en carretera tenía problemas de visión. Pero el riesgo, lo saben los profesionales, está en las propias características de la conducción.

No es extraño saltarse una señal o deslumbrarse a la salida de un túnel, teniendo en cuenta que el conductor se desplaza en un recinto cerrado y a una velocidad 20 veces superior a la que camina. De ahí la importancia de revisarse periódicamente la vista o de hacer paradas para "relajar la vista", como se aconseja en la recient...

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Las últimas estadísticas de la Dirección General de Tráfico, referidas a 1989, revelan que casi el 2% de los accidentados en carretera tenía problemas de visión. Pero el riesgo, lo saben los profesionales, está en las propias características de la conducción.

No es extraño saltarse una señal o deslumbrarse a la salida de un túnel, teniendo en cuenta que el conductor se desplaza en un recinto cerrado y a una velocidad 20 veces superior a la que camina. De ahí la importancia de revisarse periódicamente la vista o de hacer paradas para "relajar la vista", como se aconseja en la reciente campaña de protección ocular. "Al volante, la vista es la vida", es su lema.

"El conductor debe tener en cuenta que su agudeza visual es dinámica, porque tanto él como el objeto están en movimiento", insiste Carlos Compairé, un fisiólogo jubilado que ejerce como asesor de la campaña de protección ocular. A esta circunstancia propia de la conducción se aña de el hecho de que el viajero se en cuentra en condiciones de gran variabilidad funcional.

Cambios continuos

El ojo debe estar acomodándose continuamente a la luz fuerte, sombras, túneles, deslumbramientos y vision cercana o lejana, y al tiempo, pendiente de todas las señales procedentes del vehículo. La atención salta del panel de mandos al horizonte, de la señal de tráfico al espejo retrovisor que avisa sobre el camión que avanza. "Si hasta una persona en condiciones normales siente fatiga, tanto más la sentirá alguien con sus facultades visuales disminuidas", dice Compairé. Un principio de prudencia general sería, pues, hacer varias paradas en el recorrido, no sólo para estirar las piernas, sino para "relajar y descansar la vista".Poco amigo de las estadísticas, Compairé alude, sin embargo, a las últimas efectuadas en Francia, según las cuales un 20% de los accidentes de tráfico son protagonizados por personas con problemas de visión. La apreciación global es que un millón de franceses son deficientes, visuales y conductores a la vez. El porcentaje es idéntico en Estados Unidos, donde se estima que la siniestralidad es tres veces superior entre los conductores con defectos visuales.

En Alemania, alrededor de 570.000 personas conducen con agudeza visual insuficiente. "No se trata de reclutar superdotados para conducir. Solamente queremos aumentar su seguridad vial y facilitar la conducción", concluye Compairé. El consejo final es revisarse la vista al menos una vez cada dos años.

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