Hassan II moviliza a todo Rabat en la firma del tratado con España

El rey de Marruecos, Hassan II, se volcó ayer para dar relieve a la firma del tratado de amistad entre España y su país, al que acudieron por vez primera, juntos, el rey de España y el presidente del Gobierno, Felipe González. La firma del tratado de amistad -el primero que suscribe España con un país árabe- fue festejada por el monarca alauí con una inusitada movilización de la población de Rabat para recibir a los máximos representantes españoles.

Don Juan Carlos resaltó en su discurso en el acto de la firma que "la cooperación internacional se irá convirtiendo en el instrumento prior...

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El rey de Marruecos, Hassan II, se volcó ayer para dar relieve a la firma del tratado de amistad entre España y su país, al que acudieron por vez primera, juntos, el rey de España y el presidente del Gobierno, Felipe González. La firma del tratado de amistad -el primero que suscribe España con un país árabe- fue festejada por el monarca alauí con una inusitada movilización de la población de Rabat para recibir a los máximos representantes españoles.

Don Juan Carlos resaltó en su discurso en el acto de la firma que "la cooperación internacional se irá convirtiendo en el instrumento prioritario para alcanzar el pleno desarrollo social de los pueblos y la consagración definitiva de los derechos y libertades fundamentales". Posteriormente, Felipe González ofreció una conferencia de prensa en la que aseguró que Marruecos está progresando en su política de derechos humanos.Las autoridades del país anfitrión no ahorraron ningún esfuerzo para celebrar la firma del tratado. Para animar a los rabatíes a echarse a la calle, la Wilaya (Ayuntamiento) hizo público un comunicado instando a la población "a expresar al soberano sus sentimientos de fidelidad y lealtad y a brindar una calurosa acogida a su ilustre huésped".

Se prohibió la apertura del comercio durante gran parte del día y se impidió incluso el acceso a las playas para que la población estuviese presente en las calles. En esas condiciones, el rey de España tuvo un recibimiento apoteósico.

El tratado fue rubricado por los jefes de Gobierno español y marroquí, Felipe González y Azedine Laraki, respectivamente, pese a los intentos por estampar su firma del influyente ministro de Exteriores del país magrebí, Abdelatif Filali.

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