PROCESO A LA GUERRA SUCIA CONTRA E.T.A.

Interrogar a la novia

Las relaciones de Inmaculada Gómez con Amedo se volvieron más tortuosas tras el atentado al prófugo Juan Carlos García Goena, en 1987: "Se produjo la ruptura cuando se dio cuenta de que yo no era su cómplice. Me sometió a un interrogatorio policial y hasta me miraba las manos para ver si me temblaban". En septiembre de 1987 dejaron de verse.Inmaculada insistió en que el motivo de denunciar los hechos fue la muerte de García Goena. Para ello, primero se decidió a hablar con el periodista Melchor Miralles y luego fue a ver al abogado de Herri Batasuna Txema Montero, que tras su primera conversac...

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Las relaciones de Inmaculada Gómez con Amedo se volvieron más tortuosas tras el atentado al prófugo Juan Carlos García Goena, en 1987: "Se produjo la ruptura cuando se dio cuenta de que yo no era su cómplice. Me sometió a un interrogatorio policial y hasta me miraba las manos para ver si me temblaban". En septiembre de 1987 dejaron de verse.Inmaculada insistió en que el motivo de denunciar los hechos fue la muerte de García Goena. Para ello, primero se decidió a hablar con el periodista Melchor Miralles y luego fue a ver al abogado de Herri Batasuna Txema Montero, que tras su primera conversación "se quedó helado". Finalmente acudió a Madrid a denunciar los hechos ante el juez Baltasar Garzón.

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Inmaculada confirmó la utilización por Amedo de un carné de identidad falso a nombre de Genaro Gallego Galindo; la contratación por el policía de las dos damas negras de los GAL a las que facilitó armas y pelucas para cometer un atentado y le inculpó en el asesinato del etarra Tomás Pérez Revilla: "Revilla estuvo quemado durante un mes antes de morir y Amedo dijo que se alegraba porque había muerto como merecía. Le pregunté si él había preparado ese atentado y me dijo que sí".

A preguntas del acusador Fernando Salas, Inmaculada confirmó que Amedo hablaba frecuentemente de sus superiores Miguel Planchuelo y Jesús Martínez Torres, pero dijo no recordar nada acerca de una reunión de Amedo con gente del Gobierno. "Amedo se quejaba de que las relaciones con sus superiores estaban muy deterioradas".

El defensor de los policías, Gonzalo Casado, orientó su interrogatorio a tratar de demostrar que la testigo había declarado motivada por la venganza hacia su ex amante.

A preguntas del defensor, la testigo admitió que en algún momento pudo haber dicho que deseaba ver "hundido" a Amedo, pero puntualizó que se había "exagerado mucho cuando. se publicó que ella le haría todo el daño que pudiera".

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