Una expansión en entredicho

La crítica situación que atraviesa Iberia ha hecho tambalearse sus planes de expansión, pensados para competir a partir de 1993, y trazado en dos frentes: la renovación de la flota -cuantificada en más de 300.000 millones de pesetas- y la entrada en el mercado latinoamericano.A pesar de ello, Iberia va a seguir adelante. En el primer frente, no obstante, ha tenido que pedir el retraso de entregas de aviones -las fuentes de Iberia no quieren dar cifras- y esperar que mejore su tesorería. Pero retrasar la entrega de aviones se puede convertir en un arma de doble filo, ya que necesita renovar la ...

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La crítica situación que atraviesa Iberia ha hecho tambalearse sus planes de expansión, pensados para competir a partir de 1993, y trazado en dos frentes: la renovación de la flota -cuantificada en más de 300.000 millones de pesetas- y la entrada en el mercado latinoamericano.A pesar de ello, Iberia va a seguir adelante. En el primer frente, no obstante, ha tenido que pedir el retraso de entregas de aviones -las fuentes de Iberia no quieren dar cifras- y esperar que mejore su tesorería. Pero retrasar la entrega de aviones se puede convertir en un arma de doble filo, ya que necesita renovar la flota si quiere seguir captando clientes y aumentar sus ingresos.

La compañía, por otra parte, no ha aflojado en el desembarco en el continente americano. De esta tarea se ha encargado específicamente Apolonio Ruiz Ligero, que desde hace dos meses ocupa la vicepresidencia de Iberia. Ruiz Ligero llegó a la compañía tras dejar la Secretaría de Estado de Comercio. Su cargo es nuevo y ha habido que hacer un encaje en el organigrama elaborado por Aguiló. A éste se le ha acusado de marginar al vicepresidente, cuestión que ha rechazado el propio Ruiz Ligero.

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La entrada de Iberia en Latinoamérica se ha convertido en una bola de nieve, ya que todas las compañías han acudido a la empresa española para que se haga cargo de ellas. Digerir esas ofertas es un reto de mucho calibre para Iberia, dada la situación financiera; pero, al tiempo, los responsables de la compañía aseguran que, en muchos casos, no tienen más remedio que intentar comprarlas, "porque si no puede ganarte por la mano un competidor", asegura el vicepresidente.

Pero el problema es de dónde se saca el dinero. Según Ruiz Ligero, se trata de que la compañía adquirida responda como aval para pedir préstamos; de tramitar préstamos normales y pagar en metálico. Es el caso de Aerolíneas Argentinas, por la que Iberia y sus socios han pagado más de 600 millones de dólares.

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