Murmullos en la sala

La ausencia patente de responsables del PNV en la sala de vistas no Impidió que se llenara de público , compuesto mayoritariamente por personas de edad, sobre todo del sexo femenino, agentes de la policía autonómica de paisano y miembros de los servicios de orden del partido. El ex consejero de Interior Luis María Retolaza fue saludado al terminar la sesión de la mañana por una de sus hijas y se dejó retratar con ella y con un nieto de corta edad.Las más expresivas durante la vista fueron un grupo de señoras que no se privaron de calificar en torno audible a Ramón Epalza de "embustero", cuando...

La ausencia patente de responsables del PNV en la sala de vistas no Impidió que se llenara de público , compuesto mayoritariamente por personas de edad, sobre todo del sexo femenino, agentes de la policía autonómica de paisano y miembros de los servicios de orden del partido. El ex consejero de Interior Luis María Retolaza fue saludado al terminar la sesión de la mañana por una de sus hijas y se dejó retratar con ella y con un nieto de corta edad.Las más expresivas durante la vista fueron un grupo de señoras que no se privaron de calificar en torno audible a Ramón Epalza de "embustero", cuando hizo una referencia indirecta a Xabier Arzalluz, ni de calificar también en voz alta de "traición, traición" la escisión del nacionalismo vasco en 1986.

Genaro García de Andoáin, entonces superintendente de la Ertzairitza, comunicó telefónicamente a Luis María Retolaza el 20 de agosto que el pinchazo no funcionaba con la frase "estos imbéciles han fracasado", según Epalza.

Ambos propusieron al día siguiente al ertzaina declarar que había sido él el autor del pinchazo, a petición de Carlos Garalkoetxea, con el propósito de provocar un escándalo tras su descubrimiento. Como Epalza se negó de plano, según dijo a los jueces, Retolaza y García de Andoáin especularon con la posibilidad de colocar otro puente en el teléfono de Arzalluz para compensar el escándalo.

Genaro García de Andoáin falleció el 2 de noviembre siguiente en una polémica operación de rescate del industrial Lucio Aguinagalde, simpatizante del PNV secuestrado por ETA.