Kohl se desinfla

El canciller alemán adelgaza, asediado por toda clase de problemas

El canciller alemán, Helmut Kohl, está de vacaciones en Saint Gilgen, en los Alpes austriacos, y ha decidido someterse a una rígida dieta para perder alguno de los 130 kilos que adornan su oronda figura. Detrás ha dejado la casa patas arriba. Los alemanes orientales le insultan públicamente y se man iestan contra él. En la parte occidental del país, su popularidad está bajo mínimos e incluso en su propio partido empiezan a sonar las primeras voces que piden su dimisión.

El Kohl arrollador que surgió el año pasado cabalgando en la ola de la unificación alemana ha vuelto a su ser orig...

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El canciller alemán, Helmut Kohl, está de vacaciones en Saint Gilgen, en los Alpes austriacos, y ha decidido someterse a una rígida dieta para perder alguno de los 130 kilos que adornan su oronda figura. Detrás ha dejado la casa patas arriba. Los alemanes orientales le insultan públicamente y se man iestan contra él. En la parte occidental del país, su popularidad está bajo mínimos e incluso en su propio partido empiezan a sonar las primeras voces que piden su dimisión.

El Kohl arrollador que surgió el año pasado cabalgando en la ola de la unificación alemana ha vuelto a su ser original. Ya es de nuevo ese personaje vulgar, patoso y de cortas miras que practica su deporte favorito, el aussitzen, esto es, sentarse encima de los problemas y esperar a que se resuelvan solos. Pero no le va a ser posible. Antes del verano, el Bundestag (Cámara baja del Parlamento) ha de tomar una serie de decisiones, a cada cual más peliaguda, y en las que el canciller tendrá que tomar partido.

Entre otras cosas, una nueva ley del aborto aplicable a la Alemania unificada. En la actualidad, las dos antiguas partes del país mantienen su legislación, liberal en la ex RDA y muy restrictiva en Occidente. El ala derecha de la CDU no parece dispuesta a ceder en este asunto, y mucho menos la muy católica CSU bávara. Pero el ala izquierda democristiana, encabezada por la presidenta del Bundestag, Rita Süssmuth, apuesta por liberalizar la interrupción del embarazo, al igual que sus socios de coalición liberales y, por supuesto, la oposición socialdemócrata, verde y comunista.

Berlín o Bonn

La Cámara baja debe decidir también sobre el polémico asunto de dónde instalar el Gobierno de la nación. Bonn y Berlín mantienen una durísima pugna por llevarse el gato al agua, con ventaja del pequeño pueblo universitarlo del Rin. El tratado de unión indicaba simplemente que la capital sería Berlín, pero no entraba en el aspecto fundamental de dónde se quedaría la sede del Gobierno y el Bundestag. Es seguro que en esta votación desaparecerá la disciplina de partido.Por último, el 21 de abril se celebran elecciones al Parlamento de Renania-Palatinado, la tierra chica de Kohl y un feudo de la CDU desde que se creó la RFA. Por primera vez es posible que los democristianos pierdan este importante land y con ello se acentúe ya definitivamente su posición minoritaria en la Cámara alta o Bundesrat.

En círculos políticos de Bonn se empieza a hablar ya claramente de un Gobierno de gran coalición en el que entraría la oposición socialdemócrata, una especie de Gobierno de salvación nacional, si las cosas siguen empeorando en la ex RDA.

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