Un coche bomba contra el ministro de Defensa mata a ocho personas en Beirut

El ministro libanés de Defensa, Michel Murr, escapó ayer en Beirut a un atentado que costó la vida a ocho personas. Otras 30 resultaron heridas -entre ellas, el propio Murr- en la explosión del coche bomba, el primero desde que el Ejército libanés tomó el control del Gran Beirut, el pasado diciembre. El hecho de que el ministro se dirigiera a la primera reunión en pleno del Gobierno de unión nacional hace sospechar un intento de sabotaje a los esfuerzos de pacificación de Líbano.

Murr, de 59 años, con la cabeza vendada y el traje todavía des2ompuesto, acudió, no obstante, al Consejo de ...

El ministro libanés de Defensa, Michel Murr, escapó ayer en Beirut a un atentado que costó la vida a ocho personas. Otras 30 resultaron heridas -entre ellas, el propio Murr- en la explosión del coche bomba, el primero desde que el Ejército libanés tomó el control del Gran Beirut, el pasado diciembre. El hecho de que el ministro se dirigiera a la primera reunión en pleno del Gobierno de unión nacional hace sospechar un intento de sabotaje a los esfuerzos de pacificación de Líbano.

Murr, de 59 años, con la cabeza vendada y el traje todavía des2ompuesto, acudió, no obstante, al Consejo de Ministros.No tenemos miedo de los atentados. Estos hechos no van a servir de nada y vamos a proseguir el proceso de pacificación con una de eliminación acrecentada", declaró el responsable de Defensa antes de entrar en la reunión. El ministro responsabilizó del atentado a quienes quieren impedir la reconciliación nacional".El Gobierno, reunido por primera vez en pleno desde su formación hace tres meses, tenía previsto aprobar las modalidades para disolver las milicias, uno de los puntos del acuerdo de Taif. El plan, que preveía el restablecimiento de la autoridad del Estado sobre el conjunto del país tras 15 años de guerra civil y caos, fijaba para hoy el inicio del desmantelamiento de los grupos paramilitares que durante este tiempo se han repartido el control de Líbano. La decisión,, sin embargo, fue postergada debido a que el proyecto, según explicó el portavoz gubernamental Albert Mansur, "no está completo".

Entrega de armas

El plan había sido redactado, el pasado lunes, por un comité ministerial. Los titulares de Defensa, Asuntos Exteriores, Agricultura e Interior establecieron en ese proyecto que todos los elementos armados debían entregar sus armas al Estado antes, del próximo 20 de abril.

El atentado contra Murr ha constituido la última de las dificultades para reunir a los 30 ministros que componen el equipo del presidente Elías Haraul. Pocas horas antes de la sesión, el ministro de Estado y líder cristiano, Samir Geagea, presentó su dimisión y tuvo que ser sustituido deprisa y corriendo por Roger Dib, secretario general del partido -Kataeb y persona cercana a Geagea. En medios de la milicia cristiana, Fuerzas Libanesas (FL), se atribuye la dimisión de su líder a razones de seguridad. La salida de Geagea del Gobierno pone fin a su boicoteo a las reuniones del Gabinete.

Desde su formación el 24 de diciembre, el dirigente cristiano -y a su instancia los ministros de Transportes, Georges Saade, y de Trabajo, Michel Sasín se había negado a asistir al Consejo, por considerar que había demasiados ministros prosirios. Tras una negociación con Haraui, Saade y Sasín aceptaron acudir a la reunión de ayer. Además, el jefe druso, Walid Jumblat, retiró su dimisión pocas horas antes de la convocatoria.

Precisamente las regiones controladas por la milicia de Jumblat, el Partido Socialista Progresista, en el sureste de Beiut, y las FL, al norte de la capital libanesa, eran los siguientes pasos del plan ahora postergado.

Éste pretendía el despliegue del Ejército libanés en esas zonas para el próximo 20 de junio. A continuación, proseguiría con el desarme de los guerrilleros palestinos en los campos de refugiados, calculados en unos 12.000. Para aplicar estas medidas, las Fuerzas Armadas libanesas cuentan con el respaldo de varios miles de soldados sirios.

Mientras tanto, aumentan los indicios de una inminente liberación de los rehenes occidentales en Líbano, impulsada por Teherán y Damasco.