La guerra del Golfo pone a prueba la red de salvamento mundial vía satélite Cospas Sarsat

La guerra en Oriente Próximo no sólo ha servido para ensayar las armas mortíferas más modernas, sino para poner a prueba un sistena de localización de emergencias por satélite, el Cospas Sarsat, que es el resultado de la colaboración entre la URSS, Estados Unidos, Canadá y Francia desde 1982. Los responsables de este importante servicio humanitario civil, reunidos en Canarias, reconocieron con cautela que los aviones militares disponen también de radiobalizas para facilitar su situación en caso de accidente. España se integrará en breve en esta red.

En los primeros días del conflicto bé...

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La guerra en Oriente Próximo no sólo ha servido para ensayar las armas mortíferas más modernas, sino para poner a prueba un sistena de localización de emergencias por satélite, el Cospas Sarsat, que es el resultado de la colaboración entre la URSS, Estados Unidos, Canadá y Francia desde 1982. Los responsables de este importante servicio humanitario civil, reunidos en Canarias, reconocieron con cautela que los aviones militares disponen también de radiobalizas para facilitar su situación en caso de accidente. España se integrará en breve en esta red.

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En los primeros días del conflicto bélico en el Golfo, una noticia recordaba a la opinión pública que existía el Cospas Sarsat, nueve años después de su puesta en funcionamiento. La información hacía referencia a que los dos tripulantes británicos de un avión Tornado alcanzado por el fuego antíaéreo iraquí eran buscados en un lugar del desierto por helicópteros de las fuerzas multinacionales. Los pilotos habían activado sus radiobalizas en el momento en que salían despedidos del aparato incendiado en sus asientos eyectables.Las señales radioeléctricas emitidas por sus balizas, en una frecuencia de 406 megaciclos, son captadas por uno de los cinco satélites de baja cota que configuran una constelación de órbita casi polar que barre la Tierra en menos de hora y media. La localización de los dos pilotos se pudo efectuar, con toda probabilidad, en menos de dos horas y con un margen de error no superior a dos kilómetros. Estas son las ventajas sorprendentes del Cospas Sarsat. Si las víctimas no hubieran caído en suelo iraquí,. su inmediato rescate por las tropas aliadas estaba garantizado.

"El sistema está en alerta continuamente, y su actuación en una zona como el Golfo, ahora en guerra, no deja de ser rutinaria. Nuestro servicio no tiene credos ni ideologías; es un compromiso con la humanidad. Si recibimos una señal de emergencia, la transmitimos a los centros de salvamento sin hacer ningún tipo de discriminaciones", señaló Claude Augoyard, del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Toulouse y responsable del sistema para Francia.

Captar las señales del enemigo

Sin embargo, los aviones iraquíes no están cubiertos por este paraguas "porque no han solicitado integrarse en la red, y no por otra cosa", indica el director de la estación espacial de Maspalomas, Julio Melián Pérez-Marín, Ello no quiere decir que al régimen de Bagdad le resulte imposible captar las señales emitidas por las radiobalizas de los aviadores enemigos accidentados, pudiéndoles apresar así en un tiempo récord.

El soviético VIadislav Studenov, miembro del secretariado de Cospas Sarsat, con sede en Londres, señaló que el área en conflicto de Oriente Próximo está asignada a un centro de control de misión (CCM), cuya localización figura en los manuales operacionales del sistema. Este centro es el encargado de transmitir las señales de alerta y localización exacta de las personas en situación de emergencia a los centros de auxilios.

Santiago Rosado Ríos, ingeniero del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) del Ministerio de Defensa, del que depende la estación de Maspalomas, reconoce que "los aparatos militares utilizan balizas que son compatibles con este sis tema por satélite, pero no sabe mos más detalles por tratarse de un secreto que los Gobiernos de cada Estado guardan celosamente, como es obvio".

El programa Cospas Sarsat no tiene parangón, según aseguró uno de sus máximos representantes, el francés Claude Augoyard. El representante del CNES presidió el pasado fin de semana, en la estación de Maspalomas, una reunión de evaluación de resultados. "Y se valoró positivamente la labor y la eficacia de este programa", según Augoyard.

El proyecto de satélites de búsqueda y rescate Sarsat, de la NOAA (la NASA de la atmósfera), patrocinado por EE UU, Canadá y Francia, se fusionó con una iniciativa similar soviética, el Cospas, en 1982. Desde entonces, esta alianza ha salvado la vida a unas 2.000 personas.

Su puesta en servicio ha sido un gigantesco avance para la detección de emergencia en tiempo real (en el preciso momento en que se está produciendo la alerta). Los cinco satélites Sarsat y Cospas rastrean la Tierra en 100 minutos desde 800 kilómetros de altura. Las nuevas balizas de 406 megaciclos de frecuencia ofrecen una gran ventaja con respecto a las antiguas, de 121,5 megaciclos de frecuencia.Cobertura mundial

El mensaje de estas últimas sólo puede ser detectado por las estaciones receptoras de tierra (LUT) que se encuentran en un radio de acción de 2.500 kilómetros. Las señales de las modernas balizas, que no puedan ser captadas en tiempo real, las graba elsatélite, cuyo mensaje reproduce en cuanto enlaza con el primer centro receptor que le sea posible. Esto permite que la cobertura de dichas radiobalizas sea mundial y no limitada. Su uso, que todavía es reducido, podría ampliarse hasta 100.000 unidades antes de 1995, según las estimaciones del soviético Studenov.

Doce países forman parte de la red Cospas Sarsat. Los cuatro fundadores (EE UU, URSS, Canadá y Francia), que aportan el .segmento espacial (los satélites), y, de otra parte, Noruega, Reino Unido, la India, Australia, Hong' Ko_ng, Chile, Brasil y Pakistán, que participan en el segmento de tierra (centros receptores). Japón se integrará en la red en 1992, y España podría hacerlo pronto con la instalación de un centro receptor en la estación espacial de Maspalomas, en Las Palmas de Gran Canaria.

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