GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Japón, dispuesto a subir el precio del tabaco para financiar la guerra

El estallido de la guerra en el golfo Pérsico ha colocado a los japoneses de nuevo en la dura realidad de que un puñado de yenes no basta para asumir su responsabilidad en el concierto mundial. El Gobierno confió en otoño que la sangre nunca llegaría al río y que con el tiempo se olvidaría la escasa contribución aportada para resolver el conflicto. Sin embargo, Japón vuelve ahora a ser presionado por Estados Unidos para que su aportación sea mucho más activa. Esta semana, el primer ministro, Toshiki Kaifu, anunciará cuál será la cuantía de fondos que su Gobierno proyecta destinar para el mante...

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El estallido de la guerra en el golfo Pérsico ha colocado a los japoneses de nuevo en la dura realidad de que un puñado de yenes no basta para asumir su responsabilidad en el concierto mundial. El Gobierno confió en otoño que la sangre nunca llegaría al río y que con el tiempo se olvidaría la escasa contribución aportada para resolver el conflicto. Sin embargo, Japón vuelve ahora a ser presionado por Estados Unidos para que su aportación sea mucho más activa. Esta semana, el primer ministro, Toshiki Kaifu, anunciará cuál será la cuantía de fondos que su Gobierno proyecta destinar para el mantenimiento de la fuerza multinacional. El Gobierno prevé para reunir el dinero elevar probablemente los impuestos del tabaco y de los productos petrolíferos, pero para ello necesitará la aprobación también de la Cámara alta en la que no tiene mayoría. Otra opción que baraja es la de emitir bonos del Tesoro.Fuentes parlamentarias indican que Tokio está dispuesto a dar más de 5.000 millones dólares, cantidad que, al parecer, ha sido considerada como no del todo suficiente por Washington. El secretario del Tesoro norteamericano, Nicholas Brady, sugirió el lunes, en Nueva York, cuando se reunió con su homólogo japonés, Ryutaro Hashimoto, que el cheque debería ascender a 10.000 millones de dólares.

Hasta la fecha, Japón ha concedido 2.000 millones de dólares para el establecimiento de la fuerza multinacional y otro tanto en préstamos a Egipto, Jordania y Turquía. La concesión de fondos no está del todo garantizada. La oposición, en especial el partido socialista, se resiste a que el Parlamento apruebe un nuevo paquete de ayuda que sirva para financiar una guerra por estimar que supone una violación a la Constitución nipona.

Misiones humanitarias

Kalfu ha prometido que la cooperación nipona no se limitaría sólo a un cheque. El viernes pasado afirmó en el Parlamento que intentaría poner a disposición internacional aviones civiles y, en caso necesario, militares para la evacuación de refugiados asiáticos de la zona. Las dos compañías aéreas comerciales han aceptado la idea de colaborar, pero con fuertes condiciones. En cuanto al empleo de aviones militares, la oposición ha puesto el grito en el cielo indicando que se trataría de una Ilegalidad porque la Constitución prohíbe el envío de fuerzas al exterior.

Todo parece una repetición de lo que ya sucedió en octubre cuando Kaifu intentó que el Parlamento diera luz verde a una ley para el envío de civiles y militares a misiones de paz de las Naciones Unidas y el proyecto fracasó sin ni siquiera haber sido votado. El Gobierno asegura esta vez que hay vías que no hacen ilegal el empleo de aviones militares en casos de emergencia o de catástrofes naturales.

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