"Nunca más la guerra, amén"

Juan Pablo II recitó ayer, durante la audiencia de los miércoles, una oración que él mismo había escrito durante la noche de insomnio para pedir a Dios que evite el estallido de la guerra del Golfo, de consecuencias impredecibles:Su texto es el siguiente:

"Dios de nuestros padres, grande y misericordioso, Señor de la paz y de la vida, Padre de todos. / Tú tienes proyectos de paz y no de aflicción, / condenas las guerras / y hundes el orgullo de los violentos. Tú enviaste a tu hijo Jesús para anunciar la paz a los cercanos y a los lejanos, / para reunir a los hombres de todas las razas y...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Juan Pablo II recitó ayer, durante la audiencia de los miércoles, una oración que él mismo había escrito durante la noche de insomnio para pedir a Dios que evite el estallido de la guerra del Golfo, de consecuencias impredecibles:Su texto es el siguiente:

"Dios de nuestros padres, grande y misericordioso, Señor de la paz y de la vida, Padre de todos. / Tú tienes proyectos de paz y no de aflicción, / condenas las guerras / y hundes el orgullo de los violentos. Tú enviaste a tu hijo Jesús para anunciar la paz a los cercanos y a los lejanos, / para reunir a los hombres de todas las razas y de todas las estirpes / en una sola familia. / Escucha el grito unánime de todos los hijos, / la súplica angustiada de toda la humanidad: / nunca más la guerra, aventura sin retorno; / nunca más la guerra, espiral de lucha y de violencia; / nunca esta guerra del golfo Pérsico, / amenaza para las criaturas, / en el cielo, la tierra y el mar".

Más información

Juan Pablo II continúa su oración recurriendo a la intercesión de la Virgen:

"En comunión con María,la madre de Jesús, / te suplicamos aún: / habla a los corazones de los responsables de las suertes de los pueblos, / detén la lógica de la represalia y de la venganza, / sugiere con tu espíritu soluciones nuevas, / gestos generosos y de paciente espera, / más fecundos que los apresurados vencimientos de la guerra. Concede a nuestro tiempo días de paz. / Nunca más la guerra. / Amén.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En