EL VOLCÁN DE ORIENTE PRÓXIMO

Washington, una ciudad pendiente de la televisión

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Las calles de la capital norteamericana se fueron vaciando casi totalmente poco después de conocerse el comienzo de la guerra. Los escasos barrios de Washington que habitualmente tienen cierto ambiente a esas horas de la noche estaban ayer especialmente desiertos. Parecía como si George Bush hubiese esperado para dar la orden del comienzo del ataque a que los norteamericanos se instalaran en sus casas para seguirlos principales noticiarios.Un recorrido por diversos barrios de la capital federal ofrecía anoche una ciudad que se iba vaciando, más por curiosidad por seguir la guerra por televisió...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las calles de la capital norteamericana se fueron vaciando casi totalmente poco después de conocerse el comienzo de la guerra. Los escasos barrios de Washington que habitualmente tienen cierto ambiente a esas horas de la noche estaban ayer especialmente desiertos. Parecía como si George Bush hubiese esperado para dar la orden del comienzo del ataque a que los norteamericanos se instalaran en sus casas para seguirlos principales noticiarios.Un recorrido por diversos barrios de la capital federal ofrecía anoche una ciudad que se iba vaciando, más por curiosidad por seguir la guerra por televisión que por pánico. En barrios como Georgetown o la avenida Massachusetts, donde se ubican gran número de restaurantes, tabernas o salas de cine, apenas había gente. Muchos restaurantes, que normalmente a esas horas están llenos de gente, anoche aparecían casi vacíos.

Más información

En los pubs, los escasos consumidores estaban más atentos a las pantallas de televisión que seguían la guerra minuto a minuto, que de los vasos de cerveza.

La presencia policial en las calles era prácticamente nula. Sólo frente a la Casa Blanca, que se hallaba rodeada de una barrera de coches y agentes policiales, se apreciaba una reacción popular a la guerra. Varios cientos de personas -la cifra fue creciendo poco a poco- se manifestaban pacíficamente con pancartas contra el conflicto bélico. Pero ni siquiera la averilda Pennsilvanla, donde se concentraban los manifestantes y la policía -frente a la residencia del presidente norteamericano-, estaba cortada al tráfico.

Cerca, el edificio de la embajada iraquí permanecía completamente a oscuras. Sólo dos coches del servicio secreto vigilaban la zona. El edificio, una especie de palacete de cuatro plantas y sótano, estaba a oscuras, como si nad le lo habitara.

Más lejos, donde se ubican las embajadas de Israel y Kuwait -separadas por apenas unas decenas de metros- al noroeste de la capital, las calles estaban todavía mas vacías.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En