La guerra liquidó la noche madrileña

El bombardeo de Bagdad dejó a los taxis de la ciudad con el piloto verde

La guerra del Golfo liquidó la noche. Las calles aparecían inusualmente vacías y una legión de taxis libres pululaban en busca de inexistentes pasajeros. Las escasas ventanas iluminadas, mostraban que muy pocos madrileños permanecían en vela atentos a la radio. Pese al anuncio de la inminencia del ataque, su desencadenamiento sorprendió en la cama a la mayoría de los habitantes. Quienes se hallaban en restaurantes, pubs o multicentros nocturnos optaron por acudir apresuradamente a sus hogares al ser difundida la noticia de que la guerra había comenzado.

A partir de las 12.40 horas, las ...

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La guerra del Golfo liquidó la noche. Las calles aparecían inusualmente vacías y una legión de taxis libres pululaban en busca de inexistentes pasajeros. Las escasas ventanas iluminadas, mostraban que muy pocos madrileños permanecían en vela atentos a la radio. Pese al anuncio de la inminencia del ataque, su desencadenamiento sorprendió en la cama a la mayoría de los habitantes. Quienes se hallaban en restaurantes, pubs o multicentros nocturnos optaron por acudir apresuradamente a sus hogares al ser difundida la noticia de que la guerra había comenzado.

A partir de las 12.40 horas, las centralitas de las compañías de taxis se bloquearon ante las demandas de clientes que buscaban un medio para regresar a sus domicilios. Se calcula que en la noche de ayer se realizaron 200 carreras más de las habituales, en una de las cooperativas del transporte. A las dos de la madrugada de hoy, los multicentros aparecían muertos, con media docena de clientes. Los habituales compradores nocturnos de Prensa, libros, discos o regalos habían desaparecido como por ensalmo."Tenemos una hilera de televisores encendidos y, en cuanto empezaron a dar las primeras noticias del ataque, la gente, sin mediar comentario alguno, empezó a salir apresuradamente. Fue todo rapidísimo. En unos minutos vimos algo inusual en este multicentro. No había practicamente nadie por lo que decidimos cerrar todas las cajas de recaudación excepto una. Lo normal cualquier día del año es que estén todas abiertas hasta las tres de la madrugada, hora del cierre", explicó un vendedor. El ataque contra Irak tampoco pareció despertar el furor informativo, a juzgar por los montones de Prensa que se apilaban.

Patrullas móviles

La ausencia de los habituales de la noche madrileña tuvo su contrapunto en el notable incremento en las calles de presencia policial. Patrullas policiales reforzaban la seguridad en lugares considerados estratégicos.

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Aunque durante el día en embajadas como la de los Estados Unidos y en otras delegaciones diplomáticas se habían reforzado las medidas de seguridad, todo se puso en marcha cuando un jefe policial, al tanto del ataque norteamericano a Bagdad, dio la orden: "Oye, que ya han empezado a darles caña. Intensificad la vigilancia en los puntos donde ya sabéis".

Uno de esos puntos que ya sabían era la embajada de EE UU, cuyos efectivos de protección se triplicaron anoche. Un vigilante cifraba en medio centenar los ,guardas jurados, policías y guardias civiles que vigilaban el recinto, de modo estático o móvil.

Otro agente le recomendaba a un compañero: "Tú no te muevas de la embajada de Kuwait". Y, otros, ignoraban dónde se encuentra la representación diplomática de Irak. "No es de nuestra competencia", contestaban.

La noche no registró incidentes de relevancia, si bien se produjeron falsas amenazas de bomba por teléfono. También la policía detuvo a varios jóvenes que pegaban carteles "contra la delincuencia política y económica" en Bravo Murillo. En Alcalá, otros compañeros empapelaban fachadas sin que los agentes hicleran acto de presencia.

Por la mañana, en algunos centros escolares extranjeros más implicados en el conflicto habían tomado ciertas precaticiones y habían pedido una mayor presencia policial.

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