Los precios subieron en 1990 por debajo del 6,9%, según el Ministerio de Economía

El Ministerio de Economía y Hacienda estima que en 1990 la inflación ha subido por debajo del incremento registrado en diciembre del año anterior (6,9%). Así se destaca en el último informe de coyuntura hecho público ayer, un día antes de que Estadística dé a conocer el dato correspondiente a diciembre y, por tanto, a todo el año 1990.

Para que se cumpla esta previsión del IPC existe un margen de seis décimas ya que en noviembre pasado la inflación acumulada se situó en el 6,3%. Sin embargo, para que se cumpla el último objetivo oficial, revisado a raíz de los acontecimientos del Go...

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El Ministerio de Economía y Hacienda estima que en 1990 la inflación ha subido por debajo del incremento registrado en diciembre del año anterior (6,9%). Así se destaca en el último informe de coyuntura hecho público ayer, un día antes de que Estadística dé a conocer el dato correspondiente a diciembre y, por tanto, a todo el año 1990.

Para que se cumpla esta previsión del IPC existe un margen de seis décimas ya que en noviembre pasado la inflación acumulada se situó en el 6,3%. Sin embargo, para que se cumpla el último objetivo oficial, revisado a raíz de los acontecimientos del Golfo situado en el 6,7%, el tope en diciembre es de cuatro décimas.

Los precios subieron precisamente cuatro décimas en diciembre de 1989, lo que unido a la estabilidad del mercado del petróleo en las últimas semanas del asado año y a que las subidas de la Navidad se contabilizan en enero, hacen que el objetivo parezca al alcance de la mano.

La desaceleración de la demanda interna, también constatada en el informe, es otro factor en el que se basa esta estimación. A pesar de ello, en diciembre se ha producido, según el informe, una ligera subida en los tipos de interés y una mayor tensión en la liquidez del sistema bancario. No obstante, Economía insiste en que existen expectativas bajistas sobre los tipos de interés lo que, unido al levantamiento de las restricciones al crédito "debe interpretarse como una señal por parte del banco emisor sobre la necesidad de desacelerar el crecimiento de las rentas y sobre el mantenimiento de la política monetaria restrictiva".

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