Cartas al director

Existe una clínica

Existe una clínica chiquitita, entrañable, en la calle de la Infanta Mercedes, de Madrid, que es el Instituto de Diabetología, perteneciente a la Cruz Roja.Es donde los diabéticos nos encontramos confortados y atendidos cuando tenemos problemas más o menos graves a cualquier hora del día o de la noche, o, allá desde el país donde te encuentres, con una llamada de teléfono. Vivimos del apoyo y seguridad que el centro nos proporciona.

Allí no somos un número o una historia clínica, nos conocen por nuestros nombres y apellidos. Los doctores trabajan con unos enfermos crónicos, dificiles de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Existe una clínica chiquitita, entrañable, en la calle de la Infanta Mercedes, de Madrid, que es el Instituto de Diabetología, perteneciente a la Cruz Roja.Es donde los diabéticos nos encontramos confortados y atendidos cuando tenemos problemas más o menos graves a cualquier hora del día o de la noche, o, allá desde el país donde te encuentres, con una llamada de teléfono. Vivimos del apoyo y seguridad que el centro nos proporciona.

Allí no somos un número o una historia clínica, nos conocen por nuestros nombres y apellidos. Los doctores trabajan con unos enfermos crónicos, dificiles de conformar, pero con tesón y sin desaliento, con humanidad y cariño. El personal sanitario consigue que todo marche bien, horarios, citaciones, análisis, etcétera, o sea, allí la sanidadJúnciona.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Pero alguien, señor director, se ha fijado en ella, dicen que nos la van a cerrar. Yo no sé quiénes son ni me interesa; se que son personas sanas que no tienen niños chiquitos con necesidad de ingreso, y que en sus mesas no falta una buena tarta a la hora de la merienda.

Sólo le pido a Dios... que no tengan que arrepentirse nunca-

Archivado En