Tribuna:

Final aparente

La semana bursátil en el mercado madrileño, atípica por festiva, finalizó ayer con un tono de cierta recuperación que, sin embargo, no consiguió disipar ni una sola de las sombras que se ciernen sobre la renta variable.El anuncio de posibles conversaciones entre EE UU e Irak, la bajada en los precios del crudo de la jornada precedente y la ligera recuperación que registraron los mercados internacionales sujetaron el papel y dejaron campo libre a un dinero cauto. Este, eligió como destino un reducido número de valores para actuar y los volúmenes de negocio continuaron en la línea de días atrás:...

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La semana bursátil en el mercado madrileño, atípica por festiva, finalizó ayer con un tono de cierta recuperación que, sin embargo, no consiguió disipar ni una sola de las sombras que se ciernen sobre la renta variable.El anuncio de posibles conversaciones entre EE UU e Irak, la bajada en los precios del crudo de la jornada precedente y la ligera recuperación que registraron los mercados internacionales sujetaron el papel y dejaron campo libre a un dinero cauto. Este, eligió como destino un reducido número de valores para actuar y los volúmenes de negocio continuaron en la línea de días atrás: paupérrimos.

La bolsa actual ha hecho de la espera una máxima. Nadie confía en recuperaciones significativas a corto plazo y aunque con el fin de las vacaciones navideñas la contratación puede recuperar volumen, nadie confía en que los acontecimientos propicien alzas importantes en las cotizaciones. El día 15 sigue siendo fecha de referencia fundamental, y asusta. Las noticias sobre el conflicto, contradictorias, no contribuyen a tranquilizar ánimos y las decisiones continúan aparcadas. Ayer, el protagonismo fue de bancos y constructoras. Ambos grupos atrajeron el poco dinero que se atreve a circular y propiciaron la segunda subida en una semana que acabó con suspiros de alivio.

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