Cartas al director

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Recientemente, algunos diarios de Madrid han publicado las quejas de los vecinos de la calle del Conde de Romanones, 13 -entre los que me cuento-, sobre el ruido y las vibraciones que les provocan unos grandes almacenes, que funcionan sin licencia de apertura y no obstante haber decretado el Ayuntamiento de Madrid el cierre del edificio.Ante ello, el concejal del distrito Centro de Madrid, señor Matanzo, contestó que "se alegraba de no tener que poner en la calle a 300 trabajadores". Esta declaración revela varias cosas:



1.
La reducida capacidad de comprensión del señor M...

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Recientemente, algunos diarios de Madrid han publicado las quejas de los vecinos de la calle del Conde de Romanones, 13 -entre los que me cuento-, sobre el ruido y las vibraciones que les provocan unos grandes almacenes, que funcionan sin licencia de apertura y no obstante haber decretado el Ayuntamiento de Madrid el cierre del edificio.Ante ello, el concejal del distrito Centro de Madrid, señor Matanzo, contestó que "se alegraba de no tener que poner en la calle a 300 trabajadores". Esta declaración revela varias cosas:

1. La reducida capacidad de comprensión del señor Matanzo, quien, al parecer, es incapaz de entender que los vecinos no queremos que cierren los almacenes y se queden sin trabajo 300 trabajadores, sino sólo que la empresa dedique una ínfima parte de sus beneficios a aislar su aparato de aire acondicionado.

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2. La peculiar concepción de la actividad pública del señor Matanzo, que aplica la ley del embudo: los beneficios políticos, para él, y los costes, para los demás.

3. La inevitabilidad de que las muchas personas de este país que andan con el mundo por montera sigan haciendo de su capa un sayo, mientras que responsables administrativos como el señor Matanzo se alegren de incumplir la normativa de sus propios entes e, incluso, las resoluciones emanadas de los mismos.

4. La capacidad del señor Matanzo, muy en línea con la derecha de este país, para ser fuerte con los débiles -los tenderetes de la plaza de Santa Ana- y débil con los fuertes.

Por lo que a mí respecta, espero que cuando las vibraciones deterioren irreversiblemente el inmueble, el señor Matanzo se alegre de tener a un montón de vecinos en la calle. Espero también que las próximas elecciones municipales concedan a mi distrito un concejal preocupado por solucionar los problemas de mi barrio y no por quitárselos de encima.-

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