Cartas al director

Delfin

Mi nombre científico es Delphinus delphis, y soy uno de los supervivientes de la matanza que hace unos días se llevó a cabo en la costa japonesa de Nagasaki, doncie murieron más de 600 delfines de la forma más brutal, fue horrible. Los pescadores los apalearon sin compasión con la vana excusa de que nos comemos el pescado, cuando todos hemos vivido siempre de él y nunca ha faltado para nadie. Nosotros no matamos a los peces, es el ser humano que está degradando la vida en el mar con la contaminación sin freno, los puertos deportivos, la presión urbanística, los vertidos de aguas residua...

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Mi nombre científico es Delphinus delphis, y soy uno de los supervivientes de la matanza que hace unos días se llevó a cabo en la costa japonesa de Nagasaki, doncie murieron más de 600 delfines de la forma más brutal, fue horrible. Los pescadores los apalearon sin compasión con la vana excusa de que nos comemos el pescado, cuando todos hemos vivido siempre de él y nunca ha faltado para nadie. Nosotros no matamos a los peces, es el ser humano que está degradando la vida en el mar con la contaminación sin freno, los puertos deportivos, la presión urbanística, los vertidos de aguas residuales y la pesca irracional. Se extrae del mar mucho más de lo que nos puede ofrecer, y el hombre quiere poseer tanto que su egoísmo le hace olvidar el significado de la palabra compartir.Yo me asfixio y me muero, mis tejidos están envenenados de basuras tóxicas y productos químicos, industriales mortales para la vida, como el PCB, y que corroen mi alma y la de otros animales marinos, como focas y ballenas. Poco daño les podremos hacer ya porque dentro de unos años nos habremos extinguido, y quisiera escribir mis últimas letras en este periódico para gritar al mundo que el mar Mediterráneo ya no es nuestro hogar, ni el suyo, porque lo han convertido en una auténtica cloaca que siembra a su paso la desolación. Las generaciones venideras estarán orgullosas de su especie y se preguntarán con qué derecho sus padres les privaron de un planeta lleno de vida. Mientras tanto, mi muerte es tan sólo un espejo del futuro que le espera a la humanidad.- Juan Manuel Ramos.

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